A la caza del amor by Nancy Mitford

A la caza del amor by Nancy Mitford

autor:Nancy Mitford [Mitford, Nancy]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Humor, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 1945-01-01T04:00:00+00:00


13

Los pobres Alconleigh se encontraron entonces con crisis simultáneas en la vida de tres de sus hijos: Linda abandonó a Tony, Jassy se marchó de casa y Matt se escapó de Eton. Igual que les sucede más tarde o más temprano a todos los padres, los Alconleigh se vieron obligados a aceptar el hecho de que sus hijos ya no estaban bajo su control y habían tomado las riendas de su vida. Por mucho que sufriesen, que reprobasen su conducta y que se angustiasen, no podían hacer absolutamente nada; se habían convertido en meros espectadores de una función que no les hacía ninguna gracia. Fue el año en que los padres de nuestros contemporáneos, cuando las cosas no iban tan bien como esperaban para sus hijos, se consolaban diciendo: «No importa; piensa en los pobres Alconleigh… ¡Eso sí que es una desgracia!».

Linda echó por la borda toda la discreción y la sabiduría mundana que pudiese haber adquirido durante sus años en la alta sociedad londinense: se convirtió en una comunista de armas tomar, que aburría e incomodaba a todo el mundo pontificando sobre doctrinas que acababa de adoptar, no solo en la mesa durante la cena, sino también subida a una tarima en un rincón de Hyde Park y en cualquier otra tribuna igual de sórdida. Al final, para alivio infinito de la familia Kroesig, se fue a vivir con Christian. Tony inició los trámites de divorcio. La noticia fue un golpe muy duro para mis tíos; sí, es verdad que nunca les había gustado Tony, pero tenían una forma de pensar muy anticuada: según su opinión, un matrimonio no dejaba de ser un matrimonio, y el adulterio era un error. Tía Sadie, en especial, se escandalizó profundamente por la despreocupación con que Linda había abandonado a la pequeña Moira. Creo que todo el asunto le recordaba demasiado a mi madre y se imaginaba el futuro de Linda a partir de entonces como una sucesión de desbocamientos incontrolables.

Linda fue a verme a Oxford cuando regresaba a Londres después de haber comunicado la noticia en Alconleigh. La verdad es que me pareció muy valiente por su parte que lo hubiese hecho en persona y, de hecho, lo primero que me pidió al verme, algo nada habitual en ella, fue que le sirviese una copa. Estaba bastante nerviosa.

—Dios, ya no me acordaba de lo aterrador que puede llegar a ser Pa —dijo—, incluso ahora, cuando ya no tiene ningún poder sobre nosotros. Ha sido igual que aquella vez en su despacho, después de la comida en casa de Tony: igual que entonces, se ha puesto a bramar como un loco. La pobre mami parecía muy desgraciada, pero también estaba furiosa, y ya sabes lo sarcástica que puede llegar a ser. Oh, en fin, ya ha pasado todo. Querida, no sabes la alegría que me da volver a verte.

No la había visto desde el domingo en que había conocido a Christian, en Planes, así que quería que me lo contara absolutamente todo.

—Bueno —empezó



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.