Vidas cruzadas by Danielle Steel

autor:Danielle Steel [Steel, Danielle]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Drama, Histórico, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 1982-04-01T05:00:00+00:00

22

Cuando el sol brillante logró atravesar la pintura negra, Nick y Liane despertaron lentamente uno en brazos del otro. Él la miró sin experimentar dolor alguno y vio la misma paz reflejada en el rostro de Liane. Contempló sus miembros largos y graciosos, los ojazos, el pelo rubio y revuelto, y le sonrió.

—Anoche hablaba muy en serio cuando te dije que te quería, Liane.

—Yo te amo también —no sabía cómo podía decir esto. Amaba a Armand; sin embargo, comprendía que, en cierto modo, había querido a este hombre desde hacía tiempo. Pensaba en él a menudo durante sus meses de soledad, cuando Armand parecía alejarse de ella. Además, había sentido un profundo e inexplicable respeto por Nick desde el principio. Era una distinta clase de amor que no había conocido antes, pero no sentía remordimiento por lo que habían hecho esa noche. Habían sobrevivido juntos y solos en un mundo que nadie había conocido, y ahora Liane pertenecía a Nick. Tal vez nunca sería lo mismo otra vez, pero ahora sí le pertenecía y con todo su corazón—. No sé de cierto lo que siento… —Buscó las palabras, pero vio en los ojos de Nick que él la comprendía.

—No tienes que hacerlo. Y lo que hemos hecho no está mal. Nos necesitábamos ahora. Tal vez nos hemos necesitado durante mucho tiempo.

—¿Y cuando volvamos? —Liane intentaba pensar en ello, pero Nick agitó la cabeza y la miró a los ojos.

—En este instante no tenemos que pensar en eso. Ahora vivimos aquí. Con estas gentes del barco. Todos hemos sobrevivido. Es algo que hemos de celebrar queriéndonos más. No tenemos que mirar más lejos —y, en cierto modo, Liane supo que tenía razón. Nick la besó suavemente en la boca y sus manos le acariciaron la espalda, los brazos, los muslos. Comprendió que la deseaba de nuevo y se preguntó si este amor sería un disparate o si era tan solo el modo que tenía Nick de reafirmar la vida. No le hizo más preguntas y volvieron a hacer el amor. Luego, Liane se levantó con pena y empezó a asearse en el pequeño lavabo del camarote, mientras Nick la miraba. Era como si hubieran sido amantes durante años; no había vergüenza ni pudor entre ellos. Habían visto la muerte juntos pocas horas antes y esto era algo más natural y que compartían. Era la vida—. Iré a ver a las niñas mientras te vistes —le sonrió y Liane se sintió más feliz que en muchos años. Juntos habían ayudado a salvar casi doscientas vidas y ahora tenían derecho a esto…, a dos más—. Y luego veré si encuentro alguna ducha vacía por algún lado. Nos reuniremos arriba para tomar una taza de café antes de reincorporamos al trabajo.

—De acuerdo —le sonrió abiertamente, sin sentirse azorada porque Nick la viera así. Le besó una vez más antes de que se fuera y, como el recuerdo de Armand empezaba a introducirse en su pensamiento, lo apartó de la mente. Eso no debía interferir ahora.

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