Tentadoramente picante by Ángeles Valero

Tentadoramente picante by Ángeles Valero

autor:Ángeles Valero [Valero, Ángeles]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Erótico, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2023-05-10T00:00:00+00:00


Franz

Claro, jefe. Ningún problema.

Tenía que salir de allí y despejarme un poco. Hacer algo lejos de Asha y las rutinas de trabajo que habíamos incorporado. Visitaría a mis hermanos y tal vez, incluso, quedaría con Katia para cenar y lo que surgiera.

Sí, esa sería una gran idea, despejarme y pensar en otra chica que no fuera Asha.

Capítulo 8

Asha

The Pataters Lockers

Después de pasar la mañana ultimando detalles, me preparé para mi cita con Axel. Tenía ganas de verlo, él siempre lograba sacarme una sonrisa y que mostrara a la verdadera Asha, esa que vivía el momento y se arriesgaba.

Busqué mi vestido más provocador, era negro y se ajustaba a la perfección a mis curvas, marcando solo lo que yo quería marcar, mis prominentes caderas. La parte de arriba simulaba ser un corsé, con la pala central transparente, lo que provocaba que pareciera tener un escote pronunciado, aunque no se mostraba nada. En la transparencia había algunos detalles de flores, todo en negro, sin ningún toque de color. Ese lo marcarían mis sandalias fucsia y alguna decoración que pondría en el pelo para que permaneciera recogido.

Quedé con Axel a cenar, ese iba a ser mi trabajo de ese día, convencerlo de que éramos una buena opción para sus chicas y que nos añadiera en la lista de locales para el resto de sus grupos. Después de todos los años de amistad que teníamos, sabía cómo conseguir ambas cosas.

Lo vi enseguida pese a toda la gente que llenaba el paseo marítimo a esas horas. Su aspecto de rockero retirado no pasaba desapercibido. Alto, delgado, desgarbado y con el pelo algo largo peinado de modo desordenado.

—¡Asha! —Vino hacia mí sonriendo y al llegar me dio una vuelta como si fuera una bailarina⁠—. ¡Mírate! Estás fabulosa. Si no supiera que es tu forma habitual de vestir, creería que quieres conquistarme para conseguir algo.

—Axel, no disimules, hace muchos años que te conquisté. ¿Recuerdas? En aquel concierto de Muse.

Su sonrisa se amplió y, dándome la vuelta, me acercó a él. Se juntó a mi oído y dijo:

—Claro que me acuerdo. Eras la chica más atractiva de todo el festival, ibas guapísima con tanta brillantina, aunque ya sabes que brillas por ti sola.

Giré y le di un beso corto en los labios.

—Qué ganas tenía de volver a verte. Eres el único al que le permito decir esas tonterías.

—Soy el único que te las dice de verdad y no porque quiera conseguir algo.

—Oh, no estoy muy segura de eso.

Pasó su mano por mi cintura, juntándome aún más, y con la izquierda recolocó por detrás de la oreja uno de mis rizos sueltos.

—Sabes que eso no es cierto. Eres maravillosa, pase algo o no. Lo que ocurra o no esta noche no cambiará lo que somos.

Me dio un beso en los labios, esta vez mucho más intenso, recreándose con mi lengua, subió su mano hasta mi cuello y empezó a acariciarlo con sus dedos. Tenía las yemas ásperas de tocar la guitarra y sentía cómo rozaban mi piel, marcando el camino que no tardarían en seguir sus labios.



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