Si esto es un hombre by Primo Levi

Si esto es un hombre by Primo Levi

autor:Primo Levi [Levi, Primo]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Biografías y Memorias
ISBN: 9788476694008
editor: www.papyrefb2.net
publicado: 2011-04-02T22:00:00+00:00


EL CANTO DE ULISES

Estábamos seis raspando y limpiando el interior de una cisterna subterránea; la luz del día nos llegaba únicamente a través de la pequeña portezuela de entrada. Era un trabajo de lujo, porque nadie nos vigilaba; pero hacía frío y estaba húmedo. El polvo de la herrumbre nos quemaba debajo de los párpados y nos empastaba la garganta y la boca con un sabor casi a sangre.

Osciló la escalerilla de cuerda que colgaba de la portezuela: alguien llegaba.

Deutsch apagó el cigarrillo, Goldner despertó a Sivadjan; todos nos pusimos a rascar vigorosamente la sonora pared de planchas.

No era el Vorarbeiter, no era más que Jean, el Pikolo de nuestro Kommando. Jean era un estudiante alsaciano; aunque tenía veinticuatro años, era el Häftling más joven del Kommando Químico. Por eso le había tocado el cargo de Pikolo, es decir de pinche letrado, afecto a la limpieza de la barraca, a la entrega de las herramientas, al lavado de las escudillas, a la contabilidad de las horas de trabajo del Kommando.

Jean hablaba fluidamente francés y alemán: apenas se reconocieron sus zapatos en el peldaño más alto, todos dejaron de raspar.

- Also, Pikolo, was gibt es Neues?

- Qu'est-ce qu'il y a comme soupe aujourd d'hui?… ¿de qué humor estaba el Kapo? ¿Y el asunto de los veinticinco latigazos a Stern? ¿Qué tal tiempo hacía fuera? ¿Había leído el periódico? ¿A qué olía la cocina civil? ¿Qué hora era?

A Jean lo querían mucho en el Kommando. Hay que saber que el cargo de Pikolo es un grado bastante elevado en la jerarquía de las Prominencias: el Pikolo (que generalmente no tiene más de diecisiete años) no trabaja manualmente, tiene carta blanca en los fondos de la marmita del rancho y puede estar todo el día junto a la estufa:

«por eso» tiene derecho a media ración suplementaria y tiene grandes probabilidades de convertirse en amigo y confidente del Kapo, del que recibe oficialmente la ropa y los zapatos usados. Ahora bien, Jean era un Pikolo excepcional. Era despabilado y físicamente robusto, y al mismo tiempo pacífico y amigable: aun conduciendo con tenacidad y coraje su secreta lucha individual contra el campo y contra la muerte, no se olvidaba de mantener relaciones humanas con los compañeros menos privilegiados; por otra parte, había sido tan hábil y perseverante que se había ganado la confianza de Alex, el Kapo.

Alex había cumplido todas sus promesas. Se había mostrado como bicho violento y traidor, acorazado en su sólida y compacta ignorancia y estupidez, excepción hecha de su olfato y su técnica de cómitre experto y consumado. No perdía ocasión de proclamarse orgulloso de su sangre pura y de su triángulo verde, y mostraba un altanero desprecio por sus químicos andrajosos y hambrientos: «Ihr Doktoren! Ihr Intelligenten!», se carcajeaba todos los días al verlos amontonarse con las escudillas tendidas durante la distribución del rancho. Con los Meister civiles era extremadamente dúctil y servil, y con los SS mantenía vínculos de cordial amistad.

Se sentía manifiestamente intimidado por el registro del Kommando



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.