Reglas prohibidas by Charlotte Byrd

Reglas prohibidas by Charlotte Byrd

autor:Charlotte Byrd [Byrd, Charlotte]
La lengua: spa
Format: epub
editor: Byrd Books


14

Aiden

Cuando Empieza A Llover...

Cuanto más tiempo paso con Ellie, más poder siento que ella tiene sobre mí. En realidad no lo digo en el mal sentido, pero sin duda me desarma.

No soy alguien que cede poder fácilmente. Nunca se lo di a mi exmujer y ella fue la última mujer que se acercó lo suficiente para ponerlo a prueba.

Pero tal vez usar la palabra «poder» no sea lo correcto. Ellie y yo no estamos en lados opuestos de una guerra. No estamos en competencia.

No, lo que tenemos es en realidad todo lo contrario a algo así. Sin embargo, soy incapaz de pensar en otra cosa que no sea ella.

La ansío.

Quiero tenerla.

Quiero pasar cada momento que esté despierto con ella.

Ahí es donde entra en juego la esencia de su poder. Me encanta la forma en que se niega a comprometerse y siempre se mantiene firme.

Me encanta la forma en que me desafía, empujando mis límites. Ella es diferente a cualquier otra mujer que haya conocido. Sentado aquí, mirando por la ventana todo Nueva York a mis pies, mi corazón se detiene por un momento.

Se salta un latido cuando un pensamiento aterrador aparece en mi cabeza.

¿Y si la perdiera?

¿Podría realmente seguir adelante con mi vida?

No hay respuesta para esto.

Todo lo que veo y siento dentro de mí es oscuridad.

Y si esto no es poder, la fuerza más poderosa que una persona puede tener sobre otra, ¿qué es?

Empieza a llover y el encanto del principio del otoño con todas sus hojas doradas y el clima seco y fresco se convierten en la melancolía de finales de octubre.

Odio admitirlo, pero el clima tiene un gran efecto en mi estado de ánimo. Las nubes oscuras y los cielos cubiertos sin un solo rayo de sol me hacen sentir melancólico y desplazado.

Ahora que se acercan las fiestas y que no hace tanto que dejamos atrás los calurosos días de verano, la ciudad todavía está llena de algo de ligereza y brillo.

Pero una vez que el Año Nuevo llega y pasa, y los días oscuros del invierno se asientan con la aguanieve negra que antes era nieve, empiezo a ansiar de verdad otro tipo de vida.

Veo cómo las gotas gruesas y orgullosas de la lluvia golpean contra mis ventanales. Me hacen sentir frío por dentro, aunque tengo la calefacción puesta lo bastante alta como para poder estar en camiseta si quiero.

Nunca lo admitiría en voz alta ante nadie, excepto tal vez ante Ellie, pero una de las principales razones por las que me encanta ser tan rico como lo soy ahora es que nunca tengo que pasar frío en invierno si no quiero.

Cuando era niño, mi madre estaba loca con el termostato. Por supuesto, tenía que ser así, porque el gas propano no es barato y los inviernos en Nueva Inglaterra son largos y fríos. Ella no ganaba mucho y ahorrábamos donde podíamos.

Nunca comprábamos comida de marca, por ejemplo, ni muchas frutas y verduras. En cambio, subsistía casi únicamente con comida y marcas baratas con muy poco valor nutricional.



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