Libres by Noemí Casquet

Libres by Noemí Casquet

autor:Noemí Casquet [Noemí Casquet]
La lengua: spa
Format: epub
ISBN: 9788466668651
editor: 2020
publicado: 2020-09-27T16:00:00+00:00


XVIII

Oro líquido

Ricardo vuelve a ser consciente de su existencia. Se ríe. Me saco su polla. Se quita el condón, le hace un nudo.

—Dame, lo voy a tirar.

Lo cojo, voy a la cocina. Abro la basura; adiós, preservativo.

—¿Quieres agua?

—Sí, un poco.

Lleno dos vasos de agua del grifo. Estoy desnuda frente a él. Me observa.

—Qué cuerpo más bonito tienes.

—¿En serio?

¿En serio? Lo miro desde mi perspectiva. Me acerco al único espejo grande que hay en la casa, el mismo en el que me vi reflejada por primera vez con el vestido de látex y el collar que Ricardo me regaló. Miro las estrías difusas que se extienden por mis nalgas y mis tetas. La asimetría de mi pecho. La cicatriz de mi ingle. El vello rizado y negro de mi coño. El pelo alborotado que se me pega al cuello. El sudor resbalando por el escote. Me encantaría ser de otra forma, con otro sustento. Como esas chicas esbeltas que aparecen en Instagram. Como esas modelos que presumen de un culo capaz de romper el suelo. Las pieles bronceadas, las tetas apuntando al cielo. Los abdominales definidos, las piernas kilométricas. Los tangas por encima de las caderas para resaltar la definición de sus cuerpos. Los muslos apretados, las ingles rasuradas. Ni un pelo en el horizonte. Ni tan siquiera aquellos que te salen en la barbilla de la noche a la mañana. Ni bigote, ni asimetrías, ni defectos.

—¿En qué piensas? —pregunta Ricardo—. Llevas un buen rato mirándote en el espejo.

—Estoy pensando en mi cuerpo.

—¿En lo precioso que es?

—No entiendo cómo puedo seguir teniendo complejos después de todas las experiencias que he vivido con él. Un día siento que ya los he superado y al día siguiente vuelvo a caer.

—Alicia, eso nos pasa a todos.

—Ya, pero las mujeres tenemos tanta presión por ser perfectas...

—¿Y nosotros no?

—Es diferente.

—¡Claro! Poco se habla de la autoestima en los hombres. También tenemos que hacer frente a una serie de estereotipos de belleza. Brazos musculados, abdominales marcados, altura, tamaño de la polla... Y podría seguir y seguir.

—Es cierto, pero vuestro éxito no depende del físico. Y cuando envejecéis, se os considera sexis.

—¿La alopecia también?

Me río. Lo miro y levanto la ceja izquierda.

—Alicia, todos queremos llegar al estereotipo.

Ricardo se levanta. Se acerca a mí y observa su reflejo en el espejo.

—Me encantaría tener más músculo. Soy una persona muy delgada y en ocasiones se me marcan demasiado los huesos. Tengo la espalda ancha y eso oculta la delgadez de mis brazos, pero, vaya, si pudiera elegir, me gustaría tener más desarrollados los bíceps y los pectorales. Después está mi sonrisa; no me gustan mis dientes. ¿Y qué me dices de mi culo?

—¿Qué culo? ¡Pero si no tienes! —bromeo.

—Oye, maldita, que estábamos subiéndonos la autoestima, ¿no? ¿Quieres acabar conmigo?

Soltamos una carcajada.

—Qué más... ¡Ah! Mis huevos tampoco son simétricos. Me cuelga más el derecho. Fíjate.

—Es cierto. Igual que mis tetas.

—Y mira qué pies más horrorosos tengo. Y encima soy fetichista de pies. Ironías de la vida. Sin embargo, tú...

—¿Yo? ¿Qué?

—Tienes unos pies que dan ganas de comérselos.



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