Muchos apellidos y yo solo quiero a un vasco by Patty McMahou

Muchos apellidos y yo solo quiero a un vasco by Patty McMahou

autor:Patty McMahou [McMahou, Patty]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Erótico, Humor, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2021-05-22T16:00:00+00:00


* * *

—¡A tomar por culo! —Elena se levantó del sofá.

Ya no era por el hecho de los golpes, sino que, además, su vecino llevaba más de una hora haciendo lo que fuera que estuviera haciendo para joderle la vida.

—Hola, vecina, ¿qué ocurre? —le preguntó al abrirle la puerta con una sonrisa de oreja a oreja, pero de esas malignas, de las que indicaban que sabía que había conseguido su objetivo.

—Mira, se acabó —soltó enfadada—. No puedo más contigo. Me tienes hasta el último pelo del… No lo digo porque vas a pensar que soy lo que no soy, pero me tienes ya muy harta. ¿Podrías dejar el taladro para otro momento?

—¿Te molesta? No sabes lo que me apena. A mí anoche los golpes en la pared y los gritos tampoco me ayudaron a dormir mucho —dijo con una sonrisa.

—Andaaaaaaa —sonrió ella también—. Lo siento, es que soy actriz y estaba ensayando un papel.

—¿Ah, sí? ¿Y has trabajado mucho? Es que tu cara no me suena demasiado, la verdad. —Se apoyó en el quicio de la puerta.

—Uish, aquí no mucho. Yo he sido más de Hollywood. He trabajado con Scorsese, con Spielberg. Mira, hasta salí en E.T.

—¿Y de qué hacías? —Cruzó los brazos frente al pecho.

—De bicicleta, idiota.

Y se volvió para meterse en su casa, no sin antes dar un buen portazo. Estaba de muy mala leche.

Y ella que pensaba que tendría una convivencia vecinal de lo más tranquila…, el mundo se empeñaba en indicarle que lo suyo con el de al lado no iba a ser amor a primera vista, sino más bien La guerra de los Rose.

Suspiró al coger el teléfono y ver si podía echar una charlita antes de ponerse a trabajar un rato en la recién abierta web de «compra-venta de ropa interior de segunda mano sin limpieza previa».

Miró la pantalla, sus amigas estaban calladas. La una durmiendo y la otra follando, bueno, en realidad sabía que no lo estaba haciendo, pero esperaba que de una vez por todas Alina hiciese algo productivo con su anodina vida de madre entera y soltera.



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