Padre por acuerdo by Barbara McMahon

Padre por acuerdo by Barbara McMahon

autor:Barbara McMahon
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico
publicado: 1998-12-31T23:00:00+00:00


Capítulo 6

—Si tuviera un jardín como este, sacaría a Ellie todos los días —dijo Lindsay en voz baja, mirando a su hija, pero pendiente de Luke.

—Anoche me dejaste sorprendido, Lindsay —murmuró Luke.

—¿Cómo? —preguntó, recostándose sobre la hierba y contemplando los colores de las flores y el azul del cielo.

—Pensé que aprovecharías la oferta de Jonathan de abrirle una cartilla de ahorro a Ellie.

—¿Estás loco?

Se volvió a mirarlo con perplejidad. El entreabrió los ojos; de no mirarlo bien de cerca pensaría que estaba dormido.

—Ellie no es nada de Jonathan Balcomb y yo no quiero nada de él.

—Lindsay, no fue Jonathan el que no cuidó de que ese camión estuviera a punto; fue uno de sus empleados —dijo Luke en voz baja.

—Todo para llenar las arcas. No creo que valga la pena sacrificar la vida de una persona por obtener mayores beneficios —dijo acalorada.

—Ni yo tampoco lo creo, ni mi abuelo. Y dudo que el encargado pensara que iba a ocurrir algo así. Fue culpable de negligencia, no de asesinato.

Lindsay miró hacia otro lado. El resultado era el mismo para ella y su hija: estaban solas. A veces le costaba imaginárselo, recordar el sonido de su voz, su risa contagiosa y lo buenos amigos que habían sido.

—¿Lindsay?

—No aceptaría nunca dinero de tu abuelo. Tampoco de ti si no lo necesitara tanto. Y

pensé que casándome contigo iba a ayudarte.

—Y lo has hecho. Cualquier otra mujer hubiera aprovechado para sacar todo lo posible.

—Bueno, pues no soy cualquier otra. Y no aceptaría el dinero de tu abuelo. Además, primero le diría la verdad. Sólo he fingido porque he visto que le ha hecho una ilusión tremenda pensar que tiene una bisnieta. ¿No es ésa la razón de todo este tinglado? ¿Hacerle feliz el tiempo que le quede?

—Está muy emocionado. No dejó de hablar de ella cuando te marchaste.

—Me sorprende que tu madre no le dijera la verdad.

—Mi madre es una mujer muy egoísta, pero ama a su padre. Al ver lo contento que estaba supongo que decidió no decirle la verdad. Está dispuesta a colaborar con tal de alegrarle la poca vida que le quede.

Lindsay asintió con la cabeza.

—¿Por qué tienes este jardín si no lo usas? —dijo Lindsay, intentando cambiar de tema.

—Es bonito. A veces doy cenas de trabajo aquí; es un bonito lugar para entretener a los invitados.

—¿No tienes aficiones?

Arrancó una brizna de hierba, la hizo pedacitos y los soltó en el aire. Se estaba muy bien allí. Ellie parecía a punto de dormirse, con las flores como un halo alrededor de la cabeza.

Había una suave brisa, no se oía un ruido y a Lindsay le gustaba charlar con Luke.

—No tengo aficiones —contestó.

—¿De verdad? ¿No tenías ninguna ni siquiera cuando eras un adolescente, aparte del surf?

Recordaba lo bien que se le daba eso.

—No.

—¿Si pudieras hacer cualquier cosa que quisieras, qué sería?—insistió.

Él abrió un ojo y la miró.

—Llevarte a la cama.

—Oh.

No supo lo que decir ni a dónde mirar. Con la vista fija en Ellie, luchó por deshacerse del calor que encendía sus mejillas y del deseo que sentía en su interior.



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