La octava plaga by Bernardo Esquinca

autor:Bernardo Esquinca
La lengua: spa
Format: epub
editor: Almadía Ediciones
publicado: 2019-01-15T00:00:00+00:00

Rivas-Souza le hizo una seña para que entrara a su oficina y le indicó que se sentara. Mientras esperaba a que el jefe de redacción terminara una conversación telefónica, Casasola pensó que ahora sí era el fin, que lo había mandado llamar para despedirlo. Cuando Rivas-Souza colgó, ya estaba preparado para lo peor.

–Muy buena tu necrología sobre Verduzco –le dijo, ofreciéndole un puro–. Ojalá ese periodista haya sido tan chingón como lo describes.

–Gracias –Casasola se inclinó hacia el escritorio para que el jefe de redacción le encendiera el puro–. Aún no conozco a muchos reporteros de nota roja, pero sin duda Verduzco sabía su negocio.

–Ahora conoces también al Griego. Él sí que era de los mejores. ¿Cómo te trata?

–Nos hemos hecho buenos amigos, me está apoyando mucho.

–Me alegro, sobre todo porque al fin produjiste una nota propia para la sección. Pero no te confíes, el jefe está por regresar. Necesito más cosas de ese estilo.

Casasola le dio una calada al puro y exhaló lentamente el humo, reteniendo las palabras en la mente. Tras un breve silencio, se animó a decirlas:

–¿Te soy sincero? Creo que no soy el indicado para este trabajo…

–No mames –Rivas-Souza aplastó el puro a medio fumar en el cenicero–. Nadie es el indicado para hacer nota roja, ese género ni siquiera debería existir. Pero la gente lo pide.

–El Griego sí que lo era, hasta la muerte lo respetaba. Pero no hay muchos como él.

–No voy a discutir esto contigo. La cosa se resume a si quieres comer o no. Tú decides…

–No te enojes, te aseguro que no te haré quedar mal con el jefe. Pero no creo aguantar mucho tiempo más.

Casasola se levantó y se colocó el puro en los labios, con la esperanza de que el humo le tapara la cara cuando regresara a la redacción.

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