La chica de las redes sociales by Laura Pérez Martín

La chica de las redes sociales by Laura Pérez Martín

autor:Laura Pérez Martín
La lengua: spa
Format: epub
editor: Espasa
publicado: 2021-01-18T00:00:00+00:00


23

EL FRACASO

—La verdad es que Eduardo tiene una cabeza privilegiada, me parece un hombre listo y muy inteligente, que son cualidades distintas —le dijo María a Carmen con admiración.

—Sí, ¿qué me vas a decir a mí, que soy su mujer? Me hace estar siempre activa para mantenerme a su altura.

—Yo, en cambio, no sé si os habéis dado cuenta, no paro de discutir. Pero no solo es culpa de Antonio. Me saca de mis casillas, pero he cambiado, voy a enfrentarme a mis problemas, como bien me dice María. Este viaje ha servido para que me dé cuenta. —La expresión de Natalia se volvió seria.

—Perdona si me entrometo, y solo desde el cariño, ¿nunca te has planteado dejarlo? —le preguntó María.

—¿Sabes lo que me pasaba? Es como cuando empiezas a ver una película y el inicio es fantástico, pero a medida que avanza, se va estropeando más y más. Pero todavía tienes el buen sabor de boca de ese principio y en lugar de cambiar de canal, sigues con ella a ver si se arregla, y ya has visto más de la mitad y ¿qué haces? Ya sabes lo que te espera, porque es muy mala, pero te dices que después de todo lo que has visto, ya te quedas hasta el final, no vas a cambiar o apagar la tele, pues ya la terminas. —Se rio—. Pero he cambiado de actitud, soy otra persona.

Carmen miraba a Natalia sorprendida, era cierto que la notaba diferente, su mirada tenía una ironía y una determinación que estaba cambiando desde que se había ido a Marbella, e iba a más conforme pasaban los días.

—Yo, si me permites mi opinión, y solo con ánimo de ayudar, creo que no necesitas a un hombre para sobrevivir. Yo te aconsejo que te metas en algún grupo o red social con gente que tenga los mismos problemas que tú, yo tengo una que te podría ayudar, si quieres un día te la enseño —le dijo María.

—Cuando tienes hijos, cambia todo, María. Las hijas de Natalia adoran a su padre. Tengo muchas amigas que, tras el divorcio, han tenido muchos problemas, los tiempos han cambiado —le dijo Carmen—, ahora los hombres piden la custodia compartida para no tener que pasar una pensión.

—Lo solucionaré, me siento fuerte. Aunque Antonio tiene muchos contactos y yo sé que me haría la vida imposible con las niñas. Que yo sin él no soy nadie. Que me va a quitar a mis hijas.

—Te podemos ayudar. No te dejes intimidar. No tengas miedo. —Carmen estaba muy preocupada por su amiga, hablaría con Eduardo, aunque en el fondo no veía a Natalia capaz de dar el salto.

—Buscaré una solución, seguro que la hay —dijo Natalia.

—Pero feliz —la animó María—. Puedes volver a empezar, a buscar un trabajo, eres joven.

Su matrimonio estaba acabado. Natalia se encontraba en un callejón sin salida. Se sabía traicionada. Había descubierto el sexo, pero no era suficiente. La sensación de fracaso la acompañaba. Su marido tenía una especial forma de ser



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