Facendera by Óscar García Sierra

Facendera by Óscar García Sierra

autor:Óscar García Sierra [Óscar García Sierra]
La lengua: spa
Format: epub
editor: Editorial Anagrama
publicado: 2022-04-21T00:00:00+00:00


El miércoles por la tarde la hija de El de los piensos me llamó por teléfono y me invitó a ir con ella en la furgoneta grande al día siguiente.

Será divertido. Nunca voy tan lejos. Tengo más cosas que contarte, he estado investigando, me dijo antes de colgar el teléfono.

Esa noche a la hora de cenar me envió un mensaje recordándome que buscase el bote de ladrillos de mi madre. Empezaba a molestarme que insistiese tanto en el tema, aunque la verdad es que me había olvidado del bote de ladrillos. Para entonces yo ya estaba un poco harto de todas sus batallitas, pero estaba convencido de que en eso consistía una relación, en escuchar al otro para no tener que escucharse a uno mismo.

Mi madre llegaba de trabajar poco antes de las doce, así que aún tenía tiempo para buscar el bote de ladrillos. Mientras calentaba la cena que me había dejado preparada antes de irse a trabajar busqué el bote por toda la casa. Busqué sin esforzarme demasiado en el armario de las medicinas, donde solo encontré cajas de medicamentos medio rotas, blísteres vacíos y guantes de látex de los que se ponía para trabajar. Leí detenidamente cada caja y cada prospecto, pero solo encontré analgésicos, antibióticos y una crema para los granos que había usado yo unos años antes. Busqué también entre las toallas del baño, en todos los cajones de su habitación y en los muebles del salón. Busqué en el zapatero del pasillo, debajo de la cama de mi madre y, en un intento desesperado, en mi propia habitación, pero ni rastro del bote.

Una vez acabada la búsqueda, cené con la tranquilidad del que hace los deberes de inglés justo antes de que llegue la profesora a clase. Mi madre había dejado la cocina hecha un asco, así que mientras masticaba aún el último bocado de filete, limpié la mesa, fregué un par de platos y tiré el aceite de la sartén por el fregadero. Pasé la rodea por la encimera y por la mesa y barrí el suelo. Por último, sin tener ni idea de dónde vivía el rollo de papel de plata con el que mi madre me había tapado la cena, abrí cada cajón y puerta para guardarlo hasta que, al llegar al cajón de las especias, lo vi: un bote blanco y más pequeño que el resto llamó mi atención. Cuando lo cogí y leí la etiqueta me di cuenta de que era el bote de ladrillos que llevaba días fingiendo que buscaba. Antes de abrirlo lo agité como un sonajero y, por el ruido y el peso, parecía estar casi vacío. Ya había apagado la luz y salido de la cocina cuando, al ver el largo pasillo oscuro, me acordé de las ojeras de mi madre y me di media vuelta. Entré en la cocina, abrí el cajón de las especias y cogí el bote de ladrillos. Saqué uno, lo mordí la mitad y me la tragué bebiendo un chorro de agua directamente del grifo.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.