En otra piel by Raquel Gil Espejo

autor:Raquel Gil Espejo
La lengua: spa
Format: epub
editor: Penguin Random House Grupo Editorial España
publicado: 2022-05-11T20:45:56+00:00

Capítulo 13

Levi aparcó el coche en la zona del garaje, desde donde tomaron un ascensor que los llevaría directos a la última planta, en la que se ubicaba el apartamento. Su enclave, con ayuda de los enormes ventanales y cristaleras que presentaba, y daban algunas de ellas a una terraza, hacía que la luz natural se colase por cada rincón. Un espacioso hall se conectaba con un pasillo que llevaba a un salón-comedor con chimenea que, al igual que el resto de la vivienda, se había decorado con tonos blancos brillantes y suelos de madera cálidos. La cocina estaba separada, mediante cristaleras, de tres salones, uno de ellos más informal, destinado a zona de descanso donde, entre otros dispositivos, tenía una PlayStation. Otro se había convertido en gimnasio. El dormitorio principal, tipo suite, contaba con baño propio, con jacuzzi y vestidor. Dos dormitorios más, uno de ellos dotado con baño y una pequeña cocina con entrada independiente, completaban el que llevaba siendo el hogar de Levi durante los últimos diez años.

—Ponte cómoda —le dijo Levi, invitándola a acomodarse en el sofá de uno de los salones.

—Lo cierto es que estoy algo inquieta —reconoció Angie al tiempo que se sentaba.

—No deberías. —La miró directo a los ojos—. ¿Qué te apetece tomar?

—Una ocasión especial como es esta me pide… vino —añadió Angie, imprimiéndole algo de misterio.

—Veré qué puedo hacer.

Angie observó cómo Levi desaparecía de su vista para regresar, pasados unos minutos, portando dos copas y una botella de vino.

—Un Raíz de Guzmán Crianza o, lo que es lo mismo, una explosión de frutas salvajes, equilibrada con aromas a nuez moscada, canela y minerales… para una ocasión especial —fue diciendo Levi mientras descorchaba la botella, y la vertió sobre las copas para entregarle una a Angie.

Levi se sentó a su lado, girándose hacia ella, apoyó uno de sus brazos sobre el respaldo del sofá y dobló una de sus piernas. Angie lo imitó.

—¿Por qué brindamos, Angie? —le preguntó, sin apartar la mirada de sus ojos azules.

—Por ti, por mí, por nuestros sueños, por esta noche y por las que están por venir… —fue diciendo Angie, sin dejar de mirarlo y de verse en el verdor de su mirada.

—Suena prometedor.

Levi acercó su copa a la de Angie e hizo que chocaran. Acto seguido, ambos tomaron un largo trago de aquel delicioso vino.

Levi depositó su copa sobre la mesa de cristal e hizo lo propio con la de Angie. Se acercó a ella, apartó un mechón de cabello de su rostro, acercó sus labios a los suyos, los rozó, se acercó y se alejó, con lo que consiguió su cometido al hacer que el apetito de Angie fuera in crescendo, hasta que el deseo pudo con ellos. Unieron sus labios, entretejieron sus lenguas, jugaron con ellas. Levi acarició su cuello, y su mano fue reptando por su cuerpo, colándose por debajo de su camiseta, y se detuvo en la zona de su pecho. El pulso de Angie se había acelerado. Su respiración comenzaba a entrecortarse. Ella también buscó el contacto de su piel, y sus manos terminaron posadas sobre su torso.

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