El sendero de las flores by Josh Reynolds

El sendero de las flores by Josh Reynolds

autor:Josh Reynolds [Josh Reynolds]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Fiction, Fantasy, General
ISBN: 9788445015742
Google: dS24EAAAQBAJ
editor: Minotauro
publicado: 2023-05-09T22:00:00+00:00


CAPÍTULO 20

Rin y Uni

La sala de vestuario estaba sumida en un caos controlado. Un alboroto de productividad les dio la bienvenida, y Shin casi no supo dónde mirar, ni mucho menos para qué servía cada cosa. Varios trajes a medio alterar le llamaron la atención; tenían las costuras abiertas y sus muchos pliegues expuestos. Acarició el material de uno de ellos mientras lo contemplaba, antes de detener los dedos al encontrar una costura escondida: un bolsillo.

—Qué curioso —comentó Konomi, detrás de su codo.

Shin asintió.

—Es para la sangre. Para la seda, quiero decir. La guardan en estos bolsillos hasta que la necesitan. —Esbozó una sonrisa—. Algunos actores que conozco hasta guardan sus diálogos ahí. Un poco de despiste y un vistazo puede serles de ayuda en un aprieto. —Dejó el traje a un lado y se volvió al oír que Rin lo llamaba.

—Mi señor, me alegro de volver a verlo. Y tan pronto después de su última visita. —Rin se acercó a Shin y Konomi. Los demás vestuaristas le abrieron paso, normalmente ayudados por un rápido golpe de su vara. Hizo una reverencia tan baja como pudo y dedicó una sonrisa a Konomi—. Y ella debe de ser la dama Konomi, de quien tanto he oído hablar.

—Espero que solo cosas buenas, maestro Rin —repuso Konomi con una sonrisa.

Rin inclinó la cabeza.

—Tantas que uno no puede evitar dudar de su veracidad. —Miró a Shin de reojo—. ¿Puedo preguntarle a qué se debe esta visita inesperada?

—Necesito algo de guía, maestro Rin.

Rin abrió los brazos en un gesto como de asombro.

—Paparruchas, mi señor. ¡Su elegancia sartorial es obvia hasta al cliente más hastiado!

Shin se echó a reír ante aquel halago tan descarado.

—Me temo que no es sobre ropa, sino sobre un tema menos placentero. —Hizo una pausa—. Me gustaría hablar contigo sobre la dama Etsuko.

La sonrisa de Rin se desvaneció tan solo por un instante.

—¿Cómo está?

—Descansando —dijo Shin—. ¿La conoce bien?

—Se podría decir que prácticamente ni nos conocemos.

—Lástima, pero bueno —repuso Shin—. Según sé, ha tenido ciertos problemas a la hora de hacer amigos entre los miembros de la compañía.

—«Problemas» es una manera de decirlo, mi señor.

—¿Cómo lo dirías tú?

—Aversión, mi señor. A la dama Etsuko no le agradan aquellos a quienes considera sus inferiores sociales. Algo curioso al venir por parte de… Bueno, no debo decir nada más sobre ello. —Miró a Konomi de reojo mientras lo decía.

—Por mí no te contengas, maestro Rin —murmuró ella.

Rin agachó la cabeza y esbozó una sonrisa afectada.

—Sé de buenas fuentes que su padre era un pescador común. Y su madre…, vaya, era una bracera. Una simple bracera. No es que esa sea una tierra muy fértil, si me permiten el comentario.

—Y, aun así, produjo una flor de una belleza incalculable —dijo Shin mientras se preguntaba lo que Konomi opinaría sobre las buenas fuentes de Rin. Muy para mérito de ella, su expresión no indicaba nada.

—El terreno difícil suele hacer esas cosas, según mi experiencia —concedió Rin, al cambiar de opinión en un abrir y cerrar de ojos.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.