ARZEN (Vol.1) - La Encantadora de Bestias (Spanish Edition) by La Encantadora de Bestias (Spanish Edition)

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autor:La Encantadora de Bestias (Spanish Edition) [Bestias, La Encantadora de]
La lengua: spa
Format: epub
publicado: 2022-08-24T22:00:00+00:00


— 28 —

Partida de caza

En realidad, fueron tres minutos los que tardaron en estar todos listos y sobre sus caballos. En ese día, la Princesa Sándor le devolvió a Ándur su montura y ésta cabalgó en la grupa de Harold, detrás de Élora.

—¿Cuál es el plan, Maestra? —preguntó Jonu una vez hubieron abandonado la pared de piedra donde habían pasado la noche.

—Aquí el suelo comienza a ser más duro, con menos arena y más estepa. Como ya no tenemos el impedimento de ir tan despacio, vamos a galopar todo lo que podamos durante el día antes de hacer el nuevo campamento. Una vez que estemos instalados, yo me quedaré con la Princesa mientras vosotros saldréis a cazar Hienas y cenaremos un plato caliente, siempre que vosotros seáis capaces de llevar a cabo vuestra tarea.

—¿No vamos a comer nada en todo el día? —preguntó Ándur desilusionado.

—No, a menos que quieras llamar más la atención de las Hienas —dijo Serena señalando por detrás de su hombro.

Los cuatro chicos se giraron para mirar en la dirección que había señalado Serena y pudieron ver que un pequeño grupo de Hienas de Busthare estaba siguiéndoles a una distancia de seguridad suficiente para darles alcance en caso de iniciar un ataque.

—Por lo visto, el incidente con la serpiente de Ándur atrajo la atención de esa familia de ahí atrás. Debieron oler la sangre del reptil y siguieron nuestro rastro. Durante la noche, la hoguera y el olor del humo las ha mantenido a raya, pero en cuanto hemos reemprendido la marcha, se han puesto a seguirnos de nuevo.

—O sea, que no solo vamos a tener que cazar uno de esos bichos, sino que tendremos que ocuparnos de que el resto no nos cace a nosotros —las perspectivas positivas que Ándur había tenido al levantarse y escuchar las historias de los Atrecen se esfumaron de golpe al comprobar el tamaño y la fiereza que destilaba aquel grupo de fieras.

—Eso es precisamente lo que tenéis que hacer, pero yo no me

preocuparía demasiado por ese grupo.

—¿Por qué?

—Siempre haces demasiadas preguntas, Andûrean —le respondió la Holder—, deberías acostumbrarte a observar más y a no acomodarte ante la respuesta fácil de las cosas.

El chico se sonrojó ante la regañina de la mujer y pudo ver cómo Élora hacía un pequeño gesto de asentimiento corroborando las palabras de Serena. Ándur decidió intentar permanecer más callado para no tener que sonrojarse más veces en el futuro. Y como parecía que la situación de relajación distendida que se había creado la noche anterior había desaparecido, el chico volvió a poner en práctica su metodología de pensar más por su cuenta para no molestar a los demás. Así, pronto pudo descubrir que Serena había tenido razón en cuanto a aquel grupo de Hienas. En el momento en que se pusieron a cabalgar a galope tendido, las fieras solo los siguieron durante un pequeño rato, pero pronto se cansaron de gastar energías para algo que no tenían seguro y Ándur vio cómo se detenían y se alejaban en el horizonte.



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