El club de los billonarios by Sky Corgan

autor:Sky Corgan
La lengua: spa
Format: epub
editor: Babelcube
publicado: 2019-07-15T00:00:00+00:00

CAPÍTULO CINCO

Una línea rosa significa que no estoy embarazada. Dos líneas rosas significan que lo estoy. No quería hacer esto, rezaba para no tener que hacerlo. Pero cada mañana, como un reloj, me dan náuseas, y han pasado demasiados días seguidos para que sea un virus.

Estoy de pie en el baño, sintiéndome enferma, pero esta vez no son náuseas matutinas. Es nerviosismo. En este momento de mi vida, preferiría tener una enfermedad peligrosa antes que estar embarazada. Es lo último que quiero.

Me siento en el inodoro con la cabeza entre las manos mientras espero a que pasen dos minutos. Ni siquiera quiero mirar al maldito test. Este no es mi primer test de embarazo, me recuerdo a mí misma. Hace mucho tiempo, Jeremy y yo practicamos sexo y se rompió el preservativo. En aquel entonces, yo me había auto convencido de que estaba embarazada. Sentía angustia por las mañanas, aunque solo vomité una vez. Esto podría ser lo mismo. Puede que estuviera todo en mi cabeza.

Pero cuando miro el test de embarazo, me doy cuenta de que no está en mi cabeza. Dos líneas rosas. Cojo el cacharro y lo tiro al otro lado de la habitación como si fuera una estrella ninja. Rebota en la ducha y cae a la bañera. Con lágrimas en los ojos, cojo con desesperación el segundo test que compré. Una caja distinta. Una marca distinta.

Embarazada, dice. Me siento en el baño y lloro incontrolablemente. ¿Qué voy a hacer ahora?

Llamo al trabajo y me quedo en la cama todo el día, lo cual es lo último que debería estar haciendo, ya que debería estar pensando en cómo mantener a otro ser humano. Pero estoy demasiado agotada emocionalmente, y necesito pensar en lo que voy a hacer.

Evelyn entra a comprobar si estoy bien, llamando a la puerta. “Tessa, ¿estás bien?”

“Entra.” Me tapo con la manta hasta las orejas y miro por encima de ella cuando ella entra.

Ella cierra la puerta con cuidado y me lanza una mirada de simpatía. “Vi los test de embarazo en la basura del baño de invitados.”

Yo doy un gemido, pensando en esas pequeñas líneas rosas que lo cambiaron todo. ¿Por qué me tiene que pasar esto?

“¿Es de Anders?” Ella se sienta junto a mí.

“¿De quién más iba a ser?” Mi voz refleja el humor en que me encuentro, malhumorada totalmente.

“¿Qué vas a hacer?” Ella me frota suavemente el hombro para consolarme. No resulta tan reconfortante como me gustaría que fuera. Ahora mismo, no me apetece que me toquen.

“No lo sé. Supongo que decírselo para ver qué hacemos.”

Ella me sonríe con calidez. “Entonces, ¿Vas a quedártelo?”

“¿Qué otra elección tengo?” Aprieto la cabeza contra la almohada y me quedo mirando al techo, intentando imaginarme mi futuro con un niño. Su niño. Mis ojos se llenan de lágrimas solo de pensarlo. Voy a terminar como Angela, una madre soltera sin nadie que me ayude a criar a mi hijo. Esto no es lo que yo quería que fuera mi vida en absoluto. Anders no solo me ha destrozado emocionalmente, sino que también ha destruido mi futuro.

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