Despedida de soltera by Barbara Hannay

Despedida de soltera by Barbara Hannay

autor:Barbara Hannay
La lengua: spa
Format: epub
editor: Harlequin, una división de HarperCollins Ibérica, S.A.
publicado: 2015-11-14T00:00:00+00:00


Capítulo 7

El lunes por la mañana, Nick levantó la vista de los documentos que leía y se encontró con Rob, de pie en el umbral de su despacho con una taza de café en la mano.

–¡Ah! –exclamó con una sonrisa–. La imagen cansada pero radiante de un hombre que vuelve de una corta pero intensa luna de miel. ¿Cómo estás, chico?

–No me siento nada mal –sonrió Rob, sentándose en la silla frente a Nick–. He de reconocer que la vida de casado no me ha hecho ningún daño. Parece que quien está bien eres tú. ¿Qué es eso que dice Susie que tus niñas están viviendo en casa de Laura Goodman? Qué bien. Y qué rápido lo has hecho.

–No es lo que crees –dijo Nick, poniéndose serio.

–¿A no? No creía que fueses tan predecible, Nick –se rio Rob–. Ya sabes, la madrina y el padrino…

Nick le lanzó una mirada de enfado.

–Usa la cabeza, Rob. Es Laura Goodman. No sé si la conoces bien, pero imagínate una Niña Exploradora, Florence Nightingale, Pollyanna… Solo me está dando una mano.

–Llámalo como quieras –rio Rob.

–Estás totalmente equivocado –dijo Nick, exasperado.

Pero comprendía el escepticismo de Rob. Cualquiera que la viese pensaría por su aspecto que Laura era una chica mucho más liberal, con su melena pelirroja, sus ojos brillantes y sus curvas engañosas.

Se había pasado todo el fin de semana intentando descifrar el puzzle que era Laura Goodman. Por ejemplo, después de actuar como si nunca la hubiesen besado en su vida, había sabido exactamente qué hacer con sus labios cuando él la besó.

Esos pensamientos lo habían atormentado más y más frecuentemente. Había comenzado a imaginarse qué habría pasado si no le hubiese dado el segundo beso, si no la hubiese liado tanto al intentar explicar su relación con Miranda. Quizá se había precipitado al pensar que Laura no estaría interesada en una aventura.

–¿No intentarás decirme que el Príncipe Azul ha sido rechazado? –preguntó Rob, sacándolo de sus cavilaciones.

–Sería perder el tiempo pensar en ella de esa forma.

–Pero estás pensándolo, ¿no? –le dijo su amigo con una sonrisa maliciosa–. El problema es que todas las mujeres se te tiran a los brazos y no estás acostumbrado a las que se hacen las interesantes. Pero, créeme, tío, las que al principio se niegan, luego valen la pena –lanzó una carcajada ahogada–. Mi Susie se sacó un máster en ello.

–No es necesario que me des los detalles.

–Trátala con respeto –aconsejó Rob, sin arredrarse–, pero no aflojes. Te sorprendería saber a cuántas chicas les gustan los tíos estilo cavernícola. En serio.

Nick decidió con un suspiro que ya era hora de poner a Rob al tanto de la situación.

–Escúchame un momento, Rob –dijo, aproximándose más a él y bajando la voz–. Hay un pirado que me amenaza por teléfono. El caso Stokes, creo que es el hermano. Por eso es que Kate y Felicity están en casa de Laura.

Instantáneamente se borró la sonrisa de Rob y todo lo relativo a la seducción. Nick sabía que podía contar con su amigo.



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