A la caza de un libertino (Hermanas Ramsbury 1) by Claudia Cardozo

A la caza de un libertino (Hermanas Ramsbury 1) by Claudia Cardozo

autor:Claudia Cardozo
La lengua: spa
Format: epub
editor: Penguin Random House Grupo Editorial España
publicado: 2022-01-13T09:05:30+00:00


—Niñas, no se detengan hasta que hayamos llegado al pabellón; no sé en qué pensaban al no tender un toldo en esta zona. Constanza, querida, ajusta el ala de tu sombrero, y tú, Jane, sostén bien esa sombrilla; se supone que debes usarla para protegerte del sol no para espantar mariposas. ¡Qué mañana más calurosa!

Los hombros de Jane se sacudieron con suavidad al toparse con el rostro risueño de su hermana y apenas consiguió enseriar el semblante cuando su madre le dirigió una mirada ceñuda.

Lady Riddlinton habría hecho mejor quedándose en casa, tal y como acostumbraba a hacer cuando recibían alguna invitación; pero durante esa temporada había hecho tantas apariciones en público que empezaba a provocar más de una ceja arqueada. Claro que su presencia era siempre muy aclamada, pero hubiera sido una hipocresía no reconocer que buena parte de la sociedad se encontraba un poco extrañada por el cambio.

Las únicas que tenían una idea muy clara del verdadero motivo de aquello eran precisamente sus hijas. Después de todo, nadie como ellas para saber que lo único que su madre pretendía con eso era tenerlas tan vigiladas como fuera posible. O, mejor dicho, vigilar a Jane, ya que, como la condesa había mencionado más de una vez, lo único que temía que pudiera hacer Constanza para meterse en problemas era mostrarse demasiado amable con quien no lo mereciera.

Su hija menor, en cambio...

Jane hizo un mohín de disgusto al recordar las reconvenciones que le hiciera su madre poco antes de abandonar la casa para dirigirse al campo de criquet. La había hecho sentir como si estuviera a punto de ser condenada al cadalso. Ni siquiera el hecho de que la condesa hubiese decidido aceptar que el señor Baker las acompañara a ver el partido parecía haber conseguido aplacar su desconfianza.

¿Qué pensaba su madre que iba a hacer? ¿Fugarse con el pobre hombre ante sus propias narices?

—¡Mira esas banderas en el pabellón, Jane! ¿No son preciosas? Oí que el príncipe de Gales estará presente. ¿Crees que lo acompañe la princesa Alexandra?

Jane sacudió la cabeza de un lado a otro y desvió la mirada ceñuda de la espalda rígida de su madre al rostro entusiasmado de su hermana, que andaba a su lado con el brazo entrelazado al suyo.

Ambas iban de blanco; el ruedo de encaje de sus vestidos rozaba la fina hierba y, mientras Constanza tenía problemas para mantener el sombrero sobre su cabeza, Jane se las había arreglado para sujetar el suyo con tanta firmeza que hubiera podido soplar un huracán y no habría podido moverlo ni un centímetro. Por lo demás, ambas tenían también los largos cabellos dorados recogidos bajo la nuca y el mayor toque de color en el atuendo que se habían permitido eran las sombrillas con ribetes de seda escarlata una y azul topacio la otra que arrancaban algunas miradas de admiración entre sus conocidos.

Un estilo un tanto dramático y más propio de debutantes que apenas salían del cascarón, se dijo Jane con una mueca, pero seguro



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.