Torneo de Monstruos by Lucy MacRae

Torneo de Monstruos by Lucy MacRae

autor:Lucy MacRae [MacRae, Lucy]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Fantástico, Juvenil
editor: ePubLibre
publicado: 2022-10-09T00:00:00+00:00


* * *

Chi se despertó con los labios de Kilyan sobre su coronilla. Mantuvo los ojos cerrados, con la respiración lenta, y esperó a que el joven le diese una última caricia y se marchase para levantarse. Se incorporó contra la pared, con las piernas todavía bajo las sábanas, y se rodeó el torso con los brazos. Dejó escapar un suspiro tembloroso mientras intentaba recordar el sueño que acababa de tener, el que la había despertado con miedo y desesperación. Se limpió el sudor que le cubría la frente con el dorso de la mano y aguardó, quieta y en silencio, a que el sol se alzase en el cielo.

Se pasó los dedos por el pelo, aferrándose a aquellos mechones demasiado cortos que colgaban de forma errática alrededor de su rostro. Tiró de los mechones, una y otra vez, respirando entre dientes, hasta que empezó a dolerle la cabeza.

Cuando llegó la hora, tomó su armadura y se apresuró al encuentro de su gremio. Sus compañeros la observaron y varios se acercaron a preguntarle cómo se encontraba. Les aseguró que estaba bien y vistió su mejor sonrisa a pesar de las turbulencias que la sacudían por dentro. Y, aun así, los guardias le impidieron el paso mientras las puertas se abrían y sus compañeros se marchaban.

—No tienes permiso para volver —dijo uno de ellos antes de seguir al resto de los alumnos.

Chi se quedó sola en la calle, frente a las puertas cerradas, y durante unos minutos no consiguió moverse. Cuando el vacío en su estómago comenzó a doler, caminó hasta la taberna, donde Ebony le había dejado un plato de fruta y avena con canela.

Comió en silencio, con la mirada fija en las vetas de la madera, y después lavó el plato en la cocina antes de dirigirse de vuelta a su casa. El día anterior, después del Torneo, Nahuel le había traído algunos de sus libros favoritos para mantenerla entretenida durante el periodo de descanso forzado.

Pasó las primeras horas del día releyendo los mismos párrafos, sin demasiado éxito, hasta que escuchó a alguien llamando a la puerta de su casa. Tres corazones palpitaron desde la calle.

Toda la calma que había conseguido acumular durante la mañana se desvaneció en un instante. Se levantó de la cama, dejando su libro a un lado, y cogió uno de los puñales que descansaban sobre su escritorio. Bajó las escaleras poco a poco, sin hacer ruido, pero no se oyó a nadie hablar. Chi se detuvo frente a la entrada y una vez más, llamaron a la puerta.

Mil pensamientos volaron por su mente. ¿Eran más fanáticos intentando purificar el mundo de su presencia? ¿El director había enviado guardias para expulsarla de la Zona Central y mandarla de vuelta a su sector? ¿O tal vez venían a arrestarla por lo que había intentado hacerle a aquel hombre la noche del funeral?

Apretó la empuñadura de la daga hasta que sus dedos empezaron a hormiguear.

No era la primera vez que el peligro llamaba a la puerta de



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