No sonrias que me enamoro by Blue Jeans

No sonrias que me enamoro by Blue Jeans

autor:Blue Jeans [Blue Jeans]
La lengua: spa
Format: epub
ISBN: 9788408035503
publicado: 2013-02-26T16:00:00+00:00


SÁBADO

Capítulo 34

—¿CUÁNTAS horas llevamos hablando?

Meri comprueba el reloj de su ordenador y descubre que son casi las seis de la mañana. ¡Dentro de poco amanecerá!

—¡Muchas! —Y sonríe cuando escribe. Ya no le cuesta mostrar su alegría delante de ella.

Se han pasado toda la noche viéndose por la cam y charlando sobre sus vidas. Las dos han contado historias, desvelado secretos, intercambiado pensamientos y soltado alguna que otra carcajada. Tanto María como Paloma se sienten distintas a como eran antes de empezar aquella eterna conversación virtual.

—Si mi madre se entera de esto, me mata —escribe la chica rubia, que se ha deshecho el moño hace un rato y ahora lleva el pelo suelto.

—La que se va a morir para despertarse y no ser un zombie durante todo el día soy yo. ¡Que tengo que estudiar!

—Ya estudiarás el domingo.

—Suspenderé todas este trimestre.

—No lo harás. Eres muy lista.

—Y además tengo que hacer un trabajo de Inglés, resumir todos los temas… Y llamar a mi padre para quedar con él.

—Cuántas cosas.

—Sí. Demasiadas. Y la charla de esta noche no va a ayudarme a hacerlas, precisamente.

—Es culpa mía.

—¡No! No lo es.

—¿Te arrepientes de haberte pasado la noche hablando conmigo?

Meri observa el rostro de aquella jovencita a la que ya se le nota en los ojos el cansancio de haber estado tanto tiempo delante del ordenador. Paloma mira a la cámara y pone cara de desilusión.

—No, no me arrepiento de nada de lo que he hecho esta noche.

—¿Estás segura?

—Completamente segura.

—Menos mal. Me habías asustado —escribe tras resoplar y volviendo a esbozar una bonita sonrisa—. Entonces ¿puedo proponerte una cosa?

—¿Qué quieres proponerme?

—Ya que parece que nos llevamos tan bien y que hemos congeniado, me gustaría verte en persona, quedar en alguna parte. Si tú quieres, claro.

Cuando Paloma termina de escribir aquello, no se atreve a mirar a Meri. Le da vergüenza y también pánico lo que pueda contestar su amiga. Sin embargo, María lleva varias horas pensando lo mismo. Al principio no lo veía como una posibilidad. En cambio, minuto a minuto, conforme iba encontrándose más a gusto y la iba conociendo más a fondo, sus ganas han ido en aumento. Lo veía algo precipitado. Quedar con alguien a quien acabas de conocer no es normal. Al menos no para ella, que es una persona que no acostumbra a hacer locuras. Sin embargo, tiene la cam encendida, se ha pasado toda la noche en vela hablando con aquella chica y le ha revelado cosas que nunca le había contado a nadie… Ya está inmersa en esa locura. Ha vuelto a arriesgarse, pero esta vez ha sido un riesgo dulce. Esa videoconferencia es lo mejor que le ha pasado en mucho tiempo.

El siguiente paso es más difícil: saber cómo se siente a su lado, porque si junto a ella experimenta lo mismo que frente a frente tras la pantalla del ordenador, tendrá que continuar subiendo la apuesta de aquel riesgo. Y eso sí le da miedo de verdad.

—Vale.

—¿Sí? ¿Estás diciéndomelo en serio? ¿Quieres que quedemos para vernos en persona?

—Sí.



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