Tengo un plan B by Daniela Ramos

Tengo un plan B by Daniela Ramos

autor:Daniela Ramos [Ramos, Daniela]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Romantica
publicado: 2018-05-04T04:00:00+00:00


Capítulo cinco

No iba corriendo tan fuerte como lo había hecho las dos veces que me había subido a su moto con él, pero me aferré a su espalda y su cintura como si fuese a salirme con cada curva que daba. Debía estarlo asfixiando o incluso ya debía haberle roto algo de su caja torácica, pero por alguna razón no podía ni quería soltarlo mientras fuéramos de camino. Tenía puesto, como siempre, un suéter y el caliente de su cuerpo hacía que no sintiera que me iba a congelar.

Mi cabello se revolvía y pegaba fuerte sobre el labio que tenía lastimado y cerré los ojos intentando no sentirlo por el aire fuerte que pegaba a estas horas. Afortunadamente la noche no estaba tan oscura como de costumbre y la luna había hecho un buen trabajo vistiéndose completa de blanco.

Mis ojos entrecerrados podían ver con dificultad los árboles del camino y supe que ya estábamos llegando a mi casa, así que apreté las piernas contra el asiento cuando echó su pie hacia atrás para estacionarse en la entrada.

Mi vestido se levantó hasta mi barriga cuando me bajé y avergonzada apresuré a sostenerlo con mis manos chillando internamente. Caminé hasta la puerta y me siguió, dando pasos cortos. No había hablado en todo el camino y cuando me recogió sólo se aseguró que estuviese bien y sana sin decir mucho, casi sin decir nada. Se sentía extraño que estuviese callado ya que la personalidad de Joy era muy extravagante, pero hasta yo había estado sin decir una palabra.

Suspiré, porque sentí un gran alivio al ver la puerta de mi casa y moví mis dedos a mi costado para buscar las llaves en mí…

—Dios, no—murmuré apretando la mano en un puño.

— ¿Estás bien? —preguntó, en el mismo tono bajo que yo había usado.

—Mis llaves, estaban en mi cartera—mordí mis labios y tomé una respiración por dentro.

—Maldición, sí—chitó, y fue la primera vez que lo escuché decir esa palabra de las veces que se había sorprendido por escuchármela a mí.

—Odio todo—dije, y mi voz sonó como la de una niña de cinco años, pero estaba tan molesta y triste que no me avergoncé por eso. Mordí mis labios para intentar detener el llanto que sabía que venía cerca, pero igual sentí como mis ojos se cristalizaban poco a poco, llegando a un punto en el que empezaron a arder.

—No, no, no, no—repitió alarmado y salté del susto—no llores, por favor no llores—dijo moviendo sus manos hacia adelante y atrás buscando tocarme, pero arrepintiéndose al instante una y otra vez— ¿quieres que te lleve a algún otro sitio? ¿Una amiga? ¿Un familiar? —agachó su cara a mi altura para poder verme y lo alto que era me sorprendía.

—Mi única amiga es Hannah y no contesta su celular. Ella tiene una copia de mi llave y por eso no estoy al borde de la muerte si se trata de mañana, pero debe estar dormida y debe haber apagado su puto celular—sollocé, algo halagada por la atención



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.