Recordar by Tania Castaño Fariña

Recordar by Tania Castaño Fariña

autor:Tania Castaño Fariña [Fariña, Tania Castaño]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Romántica
publicado: 2017-12-03T23:00:00+00:00


***

—¿Estás bien? —preguntó Xylon.

—No tengo muy clara la respuesta.

El vampiro estaba en su casa y lo llenaba todo con su presencia. Le había explicado que había dejado a Ainhara durmiendo plácidamente en vez de la verdad. También necesitaban darle un poco de espacio y no comenzar a asfixiarla.

—¿Tú estás bien? —pronunció sílaba a sílaba lentamente para dejar claro el mensaje.

—Por supuesto que lo estoy pero pensaba que lo importante era Ainhara.

Él le regaló una sonrisa picarona, su labio subió seductoramente mientras un colmillo quedaba a la luz. Sorprendentemente, no le temía, sino todo lo contrario. Algo dentro de ella despertó con aquel gesto tan simple y provocó que se excitara. Aunque iba a ser algo que no iba a reconocer en la vida.

—Ella es importante, sí. Y también tú.

—Ya no querías saber nada de mí.

—Puedo cambiar de opinión.

Ambos se dispararon las palabras buscando un efecto en el otro de forma rápida y concisa. Manteniendo el tipo, allí sentados cada uno en un sofá manteniendo la mirada firme y una seriedad que ninguno de los dos sentía.

—¿Y ahora has decidido que te importo? —volvió a la carga Claire.

No pensaba dejar escapar esa oportunidad de cercanía.

—Eres importante. Si estás bien puedes cuidar mejor de Ainhara.

La desilusión la abrazó. Él podía ser dulce y cruel a la vez, lo peor era que lo sabía y lo confirmaba la sonrisa socarrona que vino después. ¿Cómo podía hacerle eso? ¿No la había mortificado suficiente?

—¿Hay alguna vampira en mi lugar?

Dispuestos a jugar no se iba a dejar nada en el tintero, pensaba utilizar todas las cartas que podían quedarle en la mano.

—No tuviste nunca un lugar, no me dejaste ofrecértelo.

—Pero, ¿la hay?

No pensaba caer en su juego, en aquel momento mandaba ella y eso no se lo iba a arrebatar él mismo. Aquella noche mandaba ella y Xylon debía aceptarlo.

—No.

Eso la alegró. Era bueno saber que nadie había ocupado su lugar.

—¿Te has follado a alguien en este tiempo?

Xylon cruzó las piernas y se pasó la lengua sobre los dientes de la mandíbula de arriba, inquiriendo en sus colmillos. Algo que provocó que Claire se removiera incómoda en su asiento pidiendo calma, al final iba a lanzarse sobre él. Estaba nerviosa, él provocaba aquella reacción tan caliente en sus zonas más íntimas.

—No.

—¿Y quieres?

Él suspiró y no parpadeó ni un segundo.

—Sí. Quiero follarte tan duro que me grites que pare de darte orgasmos.

Aquel golpe sí que no se lo vio venir. Esperaba seguir jugando a que él la odiaba, que no deseaba nada de ella y que no sentía sentimiento alguno por la humana que había huido de la base.

—Ouch, que duro. —Sonrió ella.

—Contigo delante: siempre.

Y comprendió a cierta parte de su anatomía a la que se refería. Él estaba completamente arrebatador y ella se sentía como una presa a la que estaba cercando.

—¿Muerdes al…? —sus defensas comenzaban a caer y se regó ser fuerte.

—¿Al follar? Sólo si me dejas.

El pensamiento de estar llena por Xylon y ser mordida hizo que se humedeciera. Cerró las piernas con fuerza y el roce de sus labios vaginales le produjo una oleada de placer que no pudo esconder.



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