Meditaciones (Gredos) by Marco Aurelio Antonino Augusto

Meditaciones (Gredos) by Marco Aurelio Antonino Augusto

autor:Marco Aurelio Antonino Augusto [Antonino Augusto, Marco Aurelio]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Filosofía, Memorias
editor: ePubLibre
publicado: 0179-01-01T05:00:00+00:00


LIBRO VII

1. ¿Qué es la maldad? Es lo que has visto muchas veces. Y a propósito de todo lo que acontece, ten presente que eso es lo que has visto muchas veces. En suma, de arriba abajo, encontrarás las mismas cosas, de las que están llenas las historias, las antiguas, las medias y las contemporáneas, de las cuales están llenas ahora las ciudades y las casas. Nada nuevo; todo es habitual y efímero.

2. Las máximas viven. ¿Cómo, de otro modo, podrían morir, a no ser que se extinguieran las imágenes que les corresponden? En tus manos está reavivarlas constantemente. Puedo, respecto a esto, concebir lo que es preciso. Y si, como es natural, puedo, ¿a qué turbarme? Lo que está fuera de mi inteligencia ninguna relación tiene con la inteligencia. Aprende esto y estás en lo correcto. Te es posible revivir. Mira nuevamente las cosas como las has visto, pues en esto consiste el revivir.

3. Vana afición a la pompa, representaciones en escena, rebaños de ganado menor y mayor, luchas con lanza, huesecillo arrojado a los perritos, migajas destinadas a los viveros de peces, fatigas y acarreos de las hormigas, idas y venidas de ratoncillos asustados, títeres movidos por hilos. Conviene, en efecto, presenciar esos espectáculos benévolamente y sin rebeldía, pero seguir y observar con atención que el mérito de cada uno es tanto mayor cuanto meritoria es la tarea objeto de sus afanes.

4. Es preciso seguir, palabra por palabra, lo que se dice, y, en todo impulso, su resultado; y, en el segundo caso, ver directamente a qué objetivo apunta el intento; y en el primero, velar por su significado.

5. ¿Basta mi inteligencia para eso o no? Si me basta, me sirvo de ella para esta acción como si fuera un instrumento concedido por la naturaleza del conjunto universal. Pero si no me basta, cedo la obra a quien sea capaz de cumplirla mejor, a no ser, por otra parte, que eso sea de mi incumbencia, o bien pongo manos a la obra como pueda, con la colaboración de la persona capaz de hacer, con la ayuda de mi guía interior, lo que en este momento es oportuno y beneficioso a la comunidad. Porque lo que estoy haciendo por mí mismo, o en colaboración con otro, debe tender, exclusivamente, al beneficio y buena armonía con la comunidad.

6. ¡Cuántos hombres, que fueron muy celebrados, han sido ya entregados al olvido! ¡Y cuántos hombres que los celebraron tiempo ha que partieron!

7. No sientas vergüenza de ser socorrido. Pues está establecido que cumplas la tarea impuesta como un soldado en el asalto a una muralla. ¿Qué harías, pues, si, víctima de cojera, no pudieras tú sólo escalar hasta las almenas y, en cambio, te fuera eso posible con ayuda de otro?

8. No te inquiete el futuro; pues irás a su encuentro, de ser preciso, con la misma razón que ahora utilizas para las cosas presentes.

9. Todas las cosas se hallan entrelazadas entre sí y su común vínculo es sagrado y casi ninguna es extraña a la otra, porque todas están coordinadas y contribuyen al orden del mismo mundo.



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