Lujuria. Libro 1 by Eva Muñoz

autor:Eva Muñoz
La lengua: spa
Format: epub
editor: Penguin Random House Grupo Editorial España
publicado: 2023-04-05T10:02:00+00:00

Christopher

—Parezco un monstruo. —Gema no deja de llorar al otro lado de la pantalla—. He tomado de todo y cada vez estoy más hinchada.

—Qué mal. —Celebro para mis adentros—. No hay nada que hacer, ya irás otro día.

—No quiero plantar a Rachel y a Stefan.

—No los vas a plantar, yo voy a ir —le aclaro.

—¿En serio?

—Sí.

—Pensé que ibas porque te insistí.

—Sara lleva dos meses rogándome. —Me encojo de hombros—. Me harté, así que iré, ya di mi palabra.

—Qué bello eres, ogro gruñón. —Se limpia las lágrimas—. Ya estás cambiando.

«Claro». Me vale una mierda Sara, yo voy a ver otra cosa.

—Hagamos algo, es injusto que vayas solo —me dice—. Leí en internet sobre un medicamento que acelera el proceso para que la alergia pase rápido, pero solo la venden en dos establecimientos de la ciudad, ¿puedes enviar a Tyler a por él?

—Sí —finjo que me interesa.

—Liz está trabajando, pero él puede ir, que lo compre y me lo traiga a mi casa —pide—. Adelántate al restaurante, llegaré cuando el medicamento haga efecto y me sienta mejor.

—Bien.

—Vale, mamá se quedará en mi casa esta noche. —Sonríe con picardía—. Así tú y yo tendremos más privacidad en la tuya.

—Entiendo.

—Te veo más tarde. —Le lanza un beso en la pantalla y cierro la laptop.

—Su traje está listo —me avisa Miranda.

Tomo una ducha preparándome para la noche y no me importa que el imbécil del soldado lastimero se me atraviese en el camino. Ya me deshice de Gema, por ende, tengo vía libre para hacer lo que me dé la gana.

Me visto con un esmoquin de Prada, me coloco el Rolex de oro blanco, busco el comando del McLaren y guardo la prenda que compré ayer.

—¿Saldrá ya? —pregunta Tyler en la puerta—. La señorita Gema llamó…

—No vas a llevarle nada de lo que te pidió —le advierto—. Si vuelve a llamar, dile que no conseguiste nada.

—Pero…

—Pero nada. —Me acomodo la chaqueta—. Alista el auto, que me están esperando.

—Sí, mi coronel.

Abordo el McLaren y me enrumbo a Leicester Square. El restaurante de Sara está en el complejo hotelero y ya varios le han hecho promoción. El sitio cuenta con cuatro pisos y una fachada de cristal con el nombre de «Sara Hars» en letras plateadas.

Hay fila para entrar; varias figuras afuera están dando entrevistas y le doy el comando a Tyler. Este, que anda en moto, se asegura de que el área sea segura.

Paseo mi vista por el lugar y capto en la fila a la sexi ninfa de vestido plateado que está esperando. «¡Mierda!». Basta con verla para que mi cerebro envíe sangre a sitios equivocados; mi miembro se levanta y me acerco hasta ella.

Tiene el abrigo abierto y deja ver el vestido de escote ceñido que se le pega al busto, resaltando las dotes que tanto me gustan. La tela le cae sobre la cintura, es corto y da una magnífica vista de sus piernas esbeltas.

—Hola, señor Banks. —Patrick se atraviesa en mi campo de visión.

Viene de esmoquin y pajarita.

—¿Qué haces aquí? —lo regaño.

—Evitando que termines de dañarlo.

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