Lugares prohibidos by Vanessa Salt

autor:Vanessa Salt [Vanessa Salt]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: F
editor: Saga Egmont Spanish
publicado: 2020-09-02T00:00:00+00:00

*

Yazmin se levanta la máscara. Una línea brilla roja a través de la ranura detrás de ella. Parece una herida grave que acaban de coser. Aún chisporrotea un poco, todo lo demás está en silencio. El ruido de fondo vuelve lentamente a los oídos de Love y se siente como si lo hubieran despertado de algún tipo de hipnosis.

Puede sentir que ha estado conteniendo la respiración durante demasiado tiempo. Mientras ella trabajaba, hubo momentos en que casi desaparecía bajo la lluvia de chispas y parecía un dragón arrojando fuego contra otro tipo de monstruo.

Love abre los puños y flexiona los dedos.

Da un traspié y se apoya en un riel de metal que hay delante del enorme tanque.

—¿Has terminado? —pregunta en voz baja mientras se quita las gafas de seguridad.

Ella está ahí parada con los pies ligeramente separados y una mano en la cadera. Inclina la cabeza—. Todo listo. Y tú parece que también estás listo.

—En realidad, estaba preocupado. Desde el punto de vista de la salud y la seguridad, obviamente. Me preguntaba si el equipo de seguridad te protegería de… todas las chispas —se echa el casco hacia atrás y se limpia la frente sin pensar. Aún lleva puesto el guante.

—Ha funcionado —ella baja la boquilla cuidadosamente y lo apaga. Se asegura de que todas las válvulas estén cerradas—. No obstante, pasas mucho calor. Con todo el fuego, quiero decir.

«¿Quién dice “no obstante” hoy en día?».

Love todavía no logra entenderla. Teoría y práctica, un claro ejemplo.

—Eso parecía muy profesional. Era como si hubieras alargado ranuras toda tu vida. Y haces unos cálculos como un dios… como una diosa —Love la mira. Piensa que eso le ha sentado bien y que es inusual felicitar a alguien. No pasa muy a menudo. Jamás antes, de hecho. Hasta ahora.

De repente, Yazmin está de pie justo delante de él.

—Despierta… —le pone la mano en el hombro—. Tienes un poco de hollín en la frente —cepilla su piel sudorosa—. Bueno, no ha servido de mucho. Parece que te hayas frotado la cabeza con una chimenea — se ríe—. Pero no te olvides del café. Eso no fue muy profesional.

—Me encantó —Love se quita uno de sus guantes—. Creo que también tienes un poco de hollín.

Él le baja el cuello del traje y le pasa el dedo por su cuello.

—Bueno, ahora tienes.

Yazmin sonríe ampliamente. Su frente también está sudando. Un par de gotas han dibujado líneas por su mejilla.

—¿Cómo supiste…?

—Estoy segura de que lo habría notado si hubiera habido algo… en mi cuello —Yazmin coloca su mano sobre la de Love y la acerca a su mejilla—. ¿Tal vez quieras ir por debajo de mi cuello? —intenta parecer inocente. Ojos grandes y labios haciendo pucheros—. ¿O preferirías lavarte primero? ¿Ducha? —ella señala el ascensor.

—Sí… si somos capaces de llegar tan lejos.

—¿Por qué no tendríamos que hacerlo?

—Creo que me he torcido un poco el tobillo. Cuando estaba aquí parado arrastrando los pies esperando que terminaras.

—Oh, dios mío, será mejor que le echemos un vistazo. Al pie, quiero decir —Yazmin guiña un ojo—.

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