Los fósiles de nuestra evolución by Antonio Rosas

Los fósiles de nuestra evolución by Antonio Rosas

autor:Antonio Rosas [Rosas, Antonio]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Divulgación, Ciencias naturales
editor: ePubLibre
publicado: 2019-02-25T16:00:00+00:00


CRÍTICAS AL MODELO DE ISAAC: EL DEBATE ENTRE CAZA Y CARROÑEO

A pesar de lo atractivo que resulta el modelo de Isaac, sus postulados han sido criticados desde varios frentes, incluido el posible sexismo inherente, que deja a las mujeres en un segundo plano de la evolución, y la excesiva humanización de los primeros homininos.

La consideración de los primeros humanos como versiones más o menos simplificadas de los cazadores-recolectores actuales lleva implícita una contradicción: negar que hayan ocurrido cambios profundos en la evolución humana desde esos primeros tiempos. La entrada en juego de la tafonomía desempeñó un papel importante y se llegó a sostener que las acumulaciones de huesos, lejos de ser la manifestación de actividades humanas, eran el resultado de procesos hidráulicos. En ese momento se extrema el debate sobre si los primeros Homo eran homininos primitivos que vagabundeaban por el territorio en busca de carroña o si eran altivos cazadores que ocupaban posiciones altas en las cadenas tróficas.

EL ORIGEN DE HOMO

Hasta ahora hemos aludido en más de una ocasión a los primeros Homo, pero en rigor aún no hemos esclarecido a quiénes nos estamos refiriendo. Entendemos como primeros representantes del género Homo a las poblaciones de homininos que vivieron en África durante el Pleistoceno inferior temprano y de las que tenemos motivos para pensar que forman parte del clado donde se incluye Homo sapiens, excluyendo a todos los australopitecinos.

El propio intento de dar una definición estricta ya apunta dificultades. La diversidad taxonómica es amplia y, para evitar confusiones con los nombres, en muchas ocasiones se usa el término colectivo de early Homo, que nosotros traducimos como «primeros Homo», para calificar las formas más antiguas atribuibles a este género, ocasionalmente denominados habilinos. La abundancia de fósiles establece el este de África como el origen de Homo, aunque recientes hallazgos han llevado a proponer un origen más meridional, como resultado de una ecología más compleja, que obligó a los Australopithecus del sur a evolucionar en medios más forestados y con un mayor número de predadores. Una hipotética migración posterior los habría llevado hacia el este del continente.

EL HALLAZGO DE HOMO HABILIS

En abril de 1964, Leakey, Tobias y Napier presentaron en la revista Nature la nueva especie Homo habilis basándose en un cráneo fragmentado, una mandíbula con molares relativamente pequeños y unos incisivos relativamente grandes (claramente opuesta al patrón de OH-5), los huesos de la mano (cuyas falanges mostraban una marcada curvatura) y los de un pie, todos ellos procedentes de la capa I de Olduvai y catalogados como OH-7. Estimaron su volumen encefálico en 680 cm3, sustancialmente mayor al de los australopitecinos, lo que los llevó a concluir que estaban ante el primer humano.

La comunidad científica recibió la propuesta con escepticismo, en gran medida porque la edad de los fósiles, de 1,75 Ma, retrasaba significativamente la fecha de 1 Ma admitida por entonces como la antigüedad de Homo. Asimismo, la capacidad encefálica quedaba por debajo de los valores establecidos para su consideración como humano; Homo habilis no superaba el límite entre los cerebros más grandes de los simios y los más pequeños de los seres humanos.



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