Lang Lang by Lang Lang

autor:Lang Lang [Lang, Lang]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Crónica, Memorias
editor: ePubLibre
publicado: 2008-01-01T00:00:00+00:00

Chopin

* * *

Un niño de doce años tiene ego, igual que lo tiene un profesor de cincuenta. Se trata de algo muy frágil. En apenas tres años había pasado de ser rechazado por una profesora a ganar dos grandes concursos. Si mi ego había estado alguna vez por los suelos, ahora estaba por las nubes. ¿Cómo si no?

Como cabía esperar, el ego de mi padre se hinchó con el mío. Siempre le había gustado presumir de mis logros, especialmente ante los padres de mis compañeros; pero ahora que tenía más razones que nunca para fanfarronear y quizá porque lo hacía a voz en grito, se convirtió en un personaje impopular entre las familias de mis compañeros. Sin embargo, al mismo tiempo, querían que escuchase a sus hijos y los evaluase. Se convirtió en una especie de profesor extraoficial del conservatorio.

Los profesores tenían también su orgullo. Su reputación estaba ligada a la de sus alumnos; cuantos más ganadores tuviesen, más alto sería su estatus. El estatus del profesor Zhao se elevó considerablemente en el conservatorio cuando obtuve el número uno en Alemania. Al igual que mi padre, fanfarroneaba sobre su contribución a mi desarrollo, lo cual era absolutamente comprensible.

También era comprensible esperar de los representantes del conservatorio, e incluso del Gobierno chino, una felicitación a nuestro regreso de Europa. Pero nadie lo hizo. No hubo flores ni cámaras de televisión a nuestra llegada. Había regresado triunfante, mi padre y yo habíamos pagado el viaje y habíamos acabado llevándonos el primer premio, un auténtico honor para nuestro país. ¿No merecía el recibimiento de un héroe?

—No te preocupes —dijo mi padre—. Nuestro premio en metálico nos permitirá pagar a la familia y al banco dejándonos suficiente dinero para comprar un equipo de sonido para que escuches y aprendas de los CDs. Todos los que te conocen están orgullosos de ti. Pero no esperes mucho de este conservatorio. El conservatorio es una gran institución educativa, pero está plagada de envidias. Ya lo has visto en otras ocasiones, pero prepárate para volver a verlo.

Pero ¿cómo iba a estar preparado para ser arrojado a tierra después de haber alcanzado semejantes cimas?

Unos meses después de nuestro viaje a Alemania hice las pruebas para el nivel medio del conservatorio. Toqué la Rapsodia Húngara número 6 con elegancia. Al menos eso pensé yo. Los jueces, como si tratasen de darme una lección, me dieron el tercer puesto. El chico que obtuvo el número uno tocó una simple melodía tradicional china. Fueron la profesora Malgenio y sus aliados quienes me apartaron de la cima y justificaron sus actos con una letanía de críticas sobre mi actuación. Sin embargo, por detrás de aquellas críticas, ostensiblemente argumentadas, se escondían sus verdaderos sentimientos: Los jueces europeos puede que dispongan de libertad para sobrevalorarte, pero en China te pondremos en tu sitio.

Cuando las calificaciones se hicieron públicas, mi padre explotó. Aún resentido por el desaire del conservatorio al volver de Ettlingen, esa injusta derrota le hizo volver a enfadarse. Gritó a los jueces: «¡Le tienen manía a mi hijo! Saben que es el número uno.

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