Cuatro millones de golpes by Eric Jiménez

Cuatro millones de golpes by Eric Jiménez

autor:Eric Jiménez [Jiménez, Eric]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Crónica, Memorias
editor: ePubLibre
publicado: 2016-12-31T16:00:00+00:00


8

Quemar el motor del autobús

Los Planetas siempre nos hemos dejado llevar por nuestro estado de ánimo tanto para hacer discos como para salir al escenario a defenderlos. Si nuestro estado de ánimo es bueno, tocamos en conciertos. Si no, desaparecemos por completo sin dar explicaciones a nadie, sobre todo en los últimos años. Cuando salió Una semana en el motor de un autobús teníamos una gran incertidumbre sobre cómo iba a sonar en directo. Hasta que no salimos a los escenarios no lo pudimos comprobar.

La banda había superado el bache emocional provocado por la desintegración de la formación original, y gracias al proceso previo y posterior a la grabación sentíamos que de alguna forma todos habíamos conectado a nivel musical y llevábamos una misma dirección. Teníamos a Kieran, que escuchaba toda esa música que luego le ayudaba a tener esa sensibilidad que solo él sabía transmitir con el bajo. Por otro lado estaba Florent, que acumulaba cada vez más registros con la guitarra y empezaba a convertirse en el mago de las atmósferas que es ahora. Además, J ya alcanzaba un nivel de composición brutal y, al entrar Kieran y yo a la banda le podíamos dar más seguridad, y no tenía que estar pendiente de la ejecución de los músicos y se centraba solo en las letras y en hacer magia con ellas. La llegada de Banin fue milagrosa, porque no solo sabía tocar el teclado para hacer arreglos, que era lo que necesitábamos, sino que también comenzó a apoyar las canciones con sus guitarras de una manera alucinante. Jamás había visto a un músico con mayor facilidad para coger un instrumento y desarrollarlo de manera precisa y bestial. Era el principio de una nueva formación que en el 75 por ciento se ha mantenido hasta la actualidad. Quizá ese sea el secreto de por qué hemos durado tanto tiempo vivos. Ya son muchas horas de trabajo, y todos los forajidos que tocamos en esta banda nos conocemos bien. Cada uno tenemos unas características especiales que al juntarnos con los cacharros destilamos en una especie de «pócima sagrada».

Estábamos listos para patearnos las carreteras del país y tocar. Empezamos a preparar toda la gira de Una semana en el motor de un autobús. Los Planetas anteriormente habían trabajado con grandes profesionales del sonido como Míchel Martín, pero en 1988 estaba tan hasta arriba de curro que tuvo que pasar el relevo a Carlos Hernández, un chaval que empezaba a despuntar en el mundo de la música. Además, era fan del grupo. Se conocía muy bien los tres discos, y nosotros preferíamos trabajar con gente a la que le gustara nuestra música que con grandes profesionales del oficio. Carlos se puso al mando del P. A. (Public Adress), es decir, en la mesa de mezclas para que el sonido de Los Planetas llegara como una lanza a los oídos del público. Pero, además, empezó a aportar coros en los directos. Está bien destacar la curiosidad de que ha sido uno de



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