La paloma by Alexandre Dumas

La paloma by Alexandre Dumas

autor:Alexandre Dumas [Dumas, Alexandre]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 1850-12-31T16:00:00+00:00


Carta vigésima

El mismo día, a las cinco y media.

¿Qué decís? No os entiendo. ¿Vos que me habéis encontrado, que estáis seguro de que no os he hecho traición, que os amo más que nunca, y aún así recordáis el término de vuestros votos y decís que esta circunstancia os hace más fácil la vocación y os da más calma para dedicaros a Dios?

¡Dios mío! ¿Abrigáis aún el proyecto de renunciar al mundo?

Escuchadme. Dios no es injusto. Cuando me consagré a él, era en la creencia de que vos habíais muerto; mas como vivís, Dios no ha podido recibir unos votos arrancados por la desesperación, puesto que la causa de ella no existe; soy, pues, libre; libre a pesar de mis votos.

¡Oh! Sí, sí, vos lo habéis dicho; hemos estado casi juntos por un momento en esta abadía, y nada nos ha indicado que estuviésemos tan cerca el uno del otro. ¡Oh! Yo me engaño, soy ingrata con mi pobre corazón. Una voz me gritaba; «Vive aquí, permanece aquí, pues él se halla aquí».

Sí, bien lo comprendo; temió por sí la pobre señora, temió que la hospitalidad que os daba fuese su perdición. ¡Oh! ¿Por qué no os encontré? Me hubiera vanagloriado de la misión que Dios me había dado de salvar al hijo de Enrique IV. Todo lo hubiese arrostrado la única gloria de decir; «Cuando todo el mundo le ha abandonado, yo sola lo he protegido». ¡Loca de mí! Al decir esto os hubiera hecho traición, y os hubiera perdido como se perdió el mariscal duque.

Más vale, pues, que haya ignorado esa existencia y que vos vivieseis; más vale, pues, que yo sufra, que sea desgraciada, que muera.

Mas, ¿por qué he de ser desgraciada? ¿Por qué he de morir? Vos no habéis pronunciado aún vuestros votos, y yo considero los míos como nulos. Partamos para Italia, para España, al fin del mundo. Yo soy rica aún; además, ¿qué necesidad tenemos nosotros de riquezas? Vos me amáis y yo os amo; marchemos, marchemos.

¡Oh! Respondedme, contestadme, decidme dónde estáis, donde podré hallaros. Tened presente que vos habéis sospechado de vuestra Isabel y que le debéis una satisfacción. Aguardo con ansiedad la contestación.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.