La armadura del Rey by AA. VV

autor:AA. VV. [AA. VV.]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Crónica, Ciencias sociales
editor: ePubLibre
publicado: 2021-03-01T00:00:00+00:00

La fidelidad del PSOE

El PSOE reúne a puerta cerrada a sus diputados y senadores un día antes de la votación en el Congreso de la ley que tiene que validar la abdicación. Toca hacer frente común y la vieja guardia socialista se mueve. Alfonso Guerra pide la palabra. Es el único parlamentario que mantiene el escaño desde la primera legislatura y sus intervenciones públicas cada vez son más aisladas, pero en esta ocasión quiere que sus palabras dejen huella. «No podemos ceder la bandera de la Constitución en manos del PP, los socialistas estuvimos en la raíz del pacto constitucional», advierte el histórico dirigente. Su discurso es una loa a la figura de Juan Carlos. Lo describe como «garante de la democracia durante la Transición» y destaca su actuación «en la intentona golpista del 23-F». Su apasionado discurso en defensa del statu quo provoca una atronadora ovación. Otro veterano socialista, Ramón Jáuregui, refuerza el discurso oficial con firmeza: «No vamos a cometer la irresponsabilidad de plantear la vía de la República por meros rumores».

Poco podía imaginar que estas habladurías acabarían en una investigación judicial y con el rey «expulsado» de la Zarzuela. Hasta treinta diputados solicitan turno para intervenir, una cifra nada habitual en este tipo de reuniones. Más que un debate, es un monólogo a favor de la monarquía. También levanta la mano un diputado al que algunos señalan como posible candidato a liderar el partido, Pedro Sánchez. Sabiendo que sus palabras serán observadas con lupa, no se aparta ni un milímetro de la estrategia de la dirección cuando sostiene que «votaré “sí” no por disciplina sino por convicción y coherencia». Algunos diputados piden libertad de voto, pero la respuesta de Rubalcaba es taxativa: «Yo no puedo autorizar esta opción». Punto final.

«A Alfredo era imposible negarle nada, tenía argumentos para todo», recuerda un veterano parlamentario del PSOE. «Hubo más ruido que nueces», considera años después otro diputado socialista presente en la reunión. «Si en los peores momentos del caso Nóos, con Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina, no hicimos mucha sangre, en un traspaso de corona menos aún».

Veinticuatro horas después del cónclave socialista se materializa el acuerdo del PP y el PSOE para blindar la abdicación. La ley sale adelante con el apoyo de los dos partidos, más del 85 por ciento de la cámara. Como habían pactado sus «cocineros», una norma sencilla, de un solo artículo para evitar complejidades jurídicas.

Con todo, la ejecutiva socialista demuestra que no está para bromas. Durante la votación nominal que se realiza en el Congreso, la diputada del PSC Isabel López Chamosa, en el momento de comunicar su voto sobre el relevo de Juan Carlos, añade una coletilla: «Que se jubile». La frase se escucha en todo el hemiciclo y no gusta entre los capitostes socialistas. «Me abrieron un expediente porque decían que me había desmarcado de la consigna del partido, cuando realmente yo había votado que sí —⁠recuerda ahora la diputada, alejada ya de la política⁠—. Hubo un intercambio de cartas con

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