Historia secreta by Procopio de Cesarea

Historia secreta by Procopio de Cesarea

autor:Procopio de Cesarea [Cesarea, Procopio de]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Divulgación, Historia
editor: ePubLibre
publicado: 1622-12-31T16:00:00+00:00


16. Lo que sucedió con los que perdieron el favor de Teodora

Se mostrará ahora el modo en que Teodora trató a aquellos que la ofendieron, aunque de nuevo puedo dar sólo unos pocos ejemplos, pues en caso contrario esta demostración no tendría fin.

Cuando Amalasunta decidió salvar su vida renunciando a su reinado sobre los godos y retirándose a Constantinopla (tal como he contado en otro lugar[21]), Teodora, viendo que esta Reina era de alta cuna, hermosa apariencia y un prodigio tramando intrigas; comenzó a sospechar de su audacia y encantos, y conociendo la inconstancia de su marido alimentó unos grandes celos y tomó la determinación de llevar a la dama a la perdición.

Así que sin dilación persuadió a Justiniano de que enviara a Pedro a Italia en solitario como embajador de Teodato. Cuando partió, el Emperador le dio las instrucciones que ya mencioné en el capítulo dedicado a este episodio, donde no pude contar toda la verdad por miedo a la Emperatriz. Pero ella le dio la orden en secreto de matar a esta mujer con toda rapidez, sobornándole en la esperanza que cumpliera su orden ante tal cantidad de dinero. Cuando Pedro llegó a Italia convenció a Teodato de deshacerse de Amalasunta, pues los hombres por naturaleza no vacilan en cometer un asesinato si se les soborna con dinero o promesas de altos cargos. Gracias a ello, ascendió al rango de Maestro de Ceremonias, en el que logró un inmenso poder y se ganó el odio de todos. Y así termina la historia de Amalasunta[22].

Había también un secretario de Justiniano llamado Prisco, un auténtico villano procedente de Paflagonia[23], cuyo carácter le disponía a satisfacer a su señor en todo lo que quisiera, esperando a su vez una recompensa por ello. Por esto, muy pronto se hizo con una gran fortuna. Pero Teodora le encontraba insolente y poco dispuesto a ayudarla, por lo que le denunció ante el Emperador. Al principio no tuvo éxito, pero después decidió actuar por ella misma y le hizo embarcar en una nave que se dirigía a determinado puerto, hizo que le raparan la cabeza y le obligó contra su voluntad a hacerse monje. Justiniano, pretendiendo que no sabía nada del asunto, no preguntó nunca donde estaba Prisco, ni tan sólo le mencionó, guardando silencio al respecto como si de pronto le hubiera olvidado. Sin embargo, no olvidó apropiarse de todo lo que Prisco se había visto obligado a abandonar.

En otra ocasión, a Teodora le asaltaron las sospechas contra uno de sus sirvientes llamado Areobindo, bárbaro de nacimiento pero un hombre joven y hermoso, a quien había convertido en su mayordomo. En lugar de acusarlo directamente, decidió hacer que lo azotaran cruelmente en su presencia (a pesar de que dicen que estaba locamente enamorada de él), pero sin explicar la razón de tal castigo. Nadie sabe lo que sucedió con él tras aquello, pues nadie le ha visto desde entonces. Pues si la Reina quería mantener ocultas sus acciones, éstas se mantenían en secreto y



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.