Historia de la guerra del Peloponeso Libros III-IV by Tucídides

Historia de la guerra del Peloponeso Libros III-IV by Tucídides

autor:Tucídides [Tucídides]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Historia
editor: ePubLibre
publicado: 0403-12-31T16:00:00+00:00


EXPEDICIÓN DE NICIAS Y NICÓSTRATO: CONTRAATAQUE ATENIENSE EN PALENE. PERDICAS CAMBIA DE LADO

Mende es atacada

129 Cuando Brásidas, después de retirarse de Macedonia, llegó a Torone[831], se encontró con que los atenienses ya eran dueños de Mende; se quedó, pues, allí, considerando que ya no estaba en condiciones dé pasar a Palene para prestar su ayuda, y se puso a mantener la vigilancia sobre Torone. Lo que había ocurrido era que por los 2 mismos días de la campaña de Lineo los atenienses, como proyectaban, habían zarpado contra Mende y Escione[832] con cincuenta naves, de las que diez eran de Quíos[833]; contaban con mil hoplitas propios y seiscientos arqueros[834], mil mercenarios tracios y un contingente de peltastas de los aliados de aquella zona[835]; mandaban estas fuerzas Nicias, hijo de Nicérato, y Nicóstrato, hijo de Diítrefes[836]. 3 La flota levó anclas de Potidea y, una vez arribados a la altura del santuario de Posidón[837], marcharon contra los mendeos. Éstos, en unión de trescientos hoplitas escioneos que habían acudido en su ayuda y de las tropas de socorro peloponesias, setecientos hoplitas en total[838], con su comandante Polidámidas, se encontraban acampados fuera de la ciudad, en una altura bien defendida[839]. 4 Nicias, con ciento veinte soldados de Metone[840] pertrechados con armas ligeras, sesenta hombres escogidos de los hoplitas atenienses y todos los arqueros, trató de abrirse paso hacia ellos por un atajo que subía a la altura, pero, alcanzado por las armas enemigas, no pudo forzar la posición. Nicóstrato, con todo el resto del ejército, por otro camino que arrancaba de más lejos[841], intentó asaltar la altura, que era de difícil acceso; se vio en un grave aprieto y poco faltó para que todo el ejército ateniense fuera 5 vencido. Por este día, pues, como los mendeos y sus aliados no cedieron, los atenienses se retiraron y acamparon, y los mendeos, al caer la noche, volvieron a la ciudad[842].

Los atenienses toman Mende y ponen cerco a su acrópolis

130 Al día siguiente, los atenienses después de hacer que su flota diera la vuelta hasta la parte de la ciudad que mira a Escione[843], tomaron el suburbio y durante todo el día se dedicaron a devastar el territorio, sin que nadie saliera contra ellos (pues en la ciudad había una cierta situación de guerra civil); y los trescientos escioneos regresaron a su ciudad durante la noche. Al otro día, Nicias avanzó con la mitad del 2 ejército hasta los confines de Escione y siguió devastando el territorio, al tiempo que Nicóstrato, con las fuerzas restantes, se instalaba frente a la ciudad por la parte de la puerta de arriba[844], por donde se va a Potidea. 3 Entonces, como las armas de los mendeos y de las tropas de socorro estaban situadas en aquella parte, dentro de la muralla, Polidámidas dio la orden de formar para la batalla y comenzó a exhortar a los mendeos a efectuar una salida. Pero como el hombre del partido popular le 4 respondiera, con ánimo sedicioso, que no efectuaría ninguna salida



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