Gris Titanio by Aislin Leinfill

Gris Titanio by Aislin Leinfill

autor:Aislin Leinfill [Leinfill, Aislin]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: novelas juveniles, Young Adult Fiction, 20th Century, Gay, LGBTIQA+, Romance, LGTBIQA+
ISBN: 9798779745321
Google: kbLazgEACAAJ
Amazon: B09MYTN2LL
editor: Amazon Digital Services LLC - Kdp
publicado: 2021-12-04T23:00:00+00:00


CAPÍTULO 17

Cuando era pequeño, desarrolló una extraña manía. Si el ama de llaves le daba un dulce que sabía que no debía tomar, corría a su habitación y se escondía para comer. Era su secreto, lo que le hacía sonreír durante días, una ilusión en una vida llena de exigencias, de perfección en un niño que solo quería jugar.

Lo había olvidado por completo. Esa emoción en el fondo del estómago, como burbujas estallando por saber qué estaba haciendo una travesura. Esos recuerdos volvieron a él en cuanto cerró la puerta del apartamento.

Kane lo había besado y era exactamente igual que tomarse ese dulce que no debía. No lo necesitaba, sabía que estaba mal y que si alguien lo descubría los dos estarían en problemas.

Así que hizo lo mismo que hacía de niño, guardó silencio y calló su pequeño pecado.

No se lo contó a Jackson, tampoco a Amelia y por supuesto a ninguno de los chicos. Lo guardó en su interior y lo revivió en su cabeza una y otra vez cada vez que estaba a solas en su cuarto.

Millones de preguntas se agolpaban en su mente, planificó lo que le diría cuando volvieran a verse. Escribió decenas de mensajes en el móvil que nunca envió y finalmente llegó el lunes.

Y se le olvidó todo en cuanto lo vio esa mañana al traer a Nicco. Sus ojos chocaron a través del cristal del retrovisor, como si pudieran atravesarle. Le pareció que iba a salir para hablar con él, pero obviamente se equivocó porque no volvió a verle en toda la semana.

Perdió el paso apenas un segundo. Mucha gente tenía sexo cada día de su vida con desconocidos, él podría besarse con uno que conocía y no armar un escándalo.

Seguro que Kane tenía una mujer diferente cada día de la semana. El estómago se le retorció al pensar en eso. No era un pensamiento que quisiera mantener en su cabeza.

Definitivamente no. Tampoco quería darle vueltas al motivo que hacía que Kane no le enviara mensajes ni tratara de llamarlo. Sabía que estaría buscando la manera de rechazarlo de forma educada.

Se recordó que no fue culpa suya, no fue él quien le obligó a perseguirle y robarle un beso.

Sabía de sobra que besar a un hombre no era lo mismo que ser gay, tampoco significaba que estuviera interesado en él, podía ser una señal de que… no tenía ni idea de que llevó a Kane a hacer eso, pero respetó su desaparición y lo asumió como lo que era. Una retirada a tiempo.

Consideraba a Kane un amigo, así que le daría espacio para enfriar el tema antes de intentar hablar con él. Era una buena persona, no le haría daño si podía evitarlo, así que sabía que ese trato de silencio se debía a que estaría buscando una salida amable.

Se enfocó en cosas que podía controlar, como la compra de su nueva casa.

A finales de semana ya tenía los papeles en su mano y una cantidad considerable de dinero menos. Solo debía dar esa clase y luego iría a su nueva casa para ver si los pintores habían acabado con las paredes.



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