Gris Ceniza by Aislin Leinfill

Gris Ceniza by Aislin Leinfill

autor:Aislin Leinfill [Leinfill, Aislin]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: novelas juveniles, Young Adult Fiction, 20th Century, Gay, LGBTIQA+, Romance, LGTBIQA+
ISBN: 9798720222291
Google: h1eZzgEACAAJ
Amazon: B091Q3CQBZ
editor: Independently Published
publicado: 2021-04-21T22:00:00+00:00


Jackson

Miró el reloj por quinta vez sentado en las escaleras. Ya llegaban veinte minutos tarde a buscarle. Odiaba los retrasos y el día era demasiado frío para estar a la intemperie. Mal empezaba esa tonta aventura. ¿Habría aún tiempo para poner una excusa y huir?

Como si supiera que preparaba un plan de escape, el coche de Mitchell se detuvo a pocos metros.

—Lo siento enano —se disculpó su hermano en cuanto abrió la puerta para salir.

—Es culpa mía —añadió Natalie bajando la ventanilla.

Jackson se detuvo sorprendido, con su maleta de fin de semana en la mano y su bolsa de viaje en la otra.

—Sé que dije que sería una salida de chicos… —respondió él con rapidez.

Jackson sonrió a Natalie con sinceridad. Ella parecía algo intimidada, pero no tenía ningún motivo, estaba más que feliz con su presencia.

—Estoy tan contento de que estés aquí —contestó con alivio—. No sabía si podría sobrevivir a un fin de semana con estos dos.

Ella se rio más animada.

—Oye —se quejó Mitchell.

—Lo digo de verdad. No sabes lo feliz que estoy —siguió diciendo poniéndole la mano en el brazo a través de la ventanilla.

Ni estaba bromeando, ni era una exageración.

Ella sería el entretenimiento perfecto para olvidar que pasaría varios días con Dominic en medio de la montaña. También estaba el hecho de que por supuesto le encantaría saber más cosas sobre ella. Su hermano le dijo que llevaba meses conociéndose, sin duda debería esforzarse más en hacerse amigos.

—¿Y eso cómo nos deja al resto? —preguntó Dominic saliendo de la puerta del copiloto.

—Ni lo sé, ni me importa. Ocúpate de mis maletas. —Le pidió dejándolas delante de él para sentarse con Natalie.

—¿Estás escuchando a tu hermano? Me trata como si fuera su sirviente —se indignó mirando a Mitchell que se rio entre dientes apartándose para que pudiera colocar bien todo el equipaje haciendo sitio a las cosas de Jackson.

—Pues no te dejes —le respondió Mitchell.

—No lo hago —contestó enseguida cerrando el maletero—. Nadie puede dominarme, nadie me da órdenes —le aseguró riéndose cuando Mitchell trató de darle una colleja a modo de respuesta—. ¿Lo pillas?

Jackson negó con la cabeza al escuchar su tono altivo.

—Basta, es tarde, hay que marcharse. Dominic coge la bolsa de comida que dejé en mi mochila —les ordenó.

—Sí —aceptó él sin reservas moviéndose para abrir de nuevo el maletero.

Mitchell y Natalie estallaron en risas al ver a Dominic obedecer.

—Tío, me das vergüenza. Duraste un segundo siendo independiente —se burló Mitchell tratando de hablar entre carcajadas—. El enano te tiene dominado.

—Claro que no. Hago esto porque quiero. No acepto órdenes —se defendió mientras recogía lo que le pidió.

—Por supuesto que sí, tío —contestó risueño Mitchell.

—No olvides la botella de agua. Por si tengo sed —añadió.

Mitchell se rio tanto que tuvo que apoyarse en el coche para no acabar en el suelo, mientras Natalie se retorcía de la risa a su lado.

Dominic ignoró a los dos a favor de pasarle las cosas.

—Vosotros siempre igual. Jackson solo tiene que silbar para que tú salgas corriendo —dijo Mitchell con cariño.



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