Escándalo en Middleton by Patricia García Ferrer

autor:Patricia García Ferrer [García Ferrer, Patricia]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2021-12-11T00:00:00+00:00

Capítulo 13

18 de julio de 1878.

Middleton, Inglaterra

La complicidad regresó a la relación entre los jóvenes y pronto recuperaron su dinámica habitual. Por una parte, Rose estaba sorprendida, pues transcurrían las semanas y su padre no parecía tener intención de regresar. Al mismo tiempo, deseaba que no lo hiciera, pues en el momento en que cruzara por la puerta las noches en vela conversando sobre poesía y otros variados temas se acabarían. No imaginaba perder la compañía de Frank y eso le sorprendió. La forma tan especial en que se habían reconciliado lograba cerrar un capítulo oscuro en su relación. Era evidente que había algo especial entre ellos, pero ninguno se animaba a dar un paso al frente.

Frank decidió que era el momento e invitó a Rose a montar a caballo, pero en esa ocasión ambos disfrutarían de un agradable paseo. Frank indicó a Rose que montara a Tornado, pues sabía que ambos tenían una relación muy especial y tenía miedo que otro caballo desestabilizara la confianza que había crecido en Rose para montar. Él escogió a otro de los caballos de la finca y juntos salieron a cabalgar. Al principio al trote y, después, Rose retó a Frank y se inició una carrera entre ellos.

Rose conocía la propiedad a la perfección y dirigió al caballo con confianza hacia el río que transcurría a un par de millas de distancia y que en aquella época del año sería tímido y sin apenas caudal. Rose reía encantada, pues estaba disfrutando de aquella carrera. Frank, por su parte, no podía dejar de sonreír y vivía aterrorizado porque Rose se cayera. Ella había mejorado mucho y apenas darse cuenta era una experimentada jinete y Frank encontró serias dificultades para llegar antes que ella en su competición.

—Debo reconocer que ha mejorado mucho, Rose —⁠comentó Frank mientras descendía del caballo cerca de ella. Ella, que esperaba su ayuda para poder desmontar, le miraba divertida. Frank se aproximó y cogiendo con firmeza la cadera de Rose le proporcionó la seguridad que necesitaba y cuando los pies de esta estuvieron en el suelo sus miradas quedaron cautivas. Rose estaba presa: por un lado el cuerpo rígido de Frank que todavía mantenía sus manos rodeando su cintura y, por otra, el prominente lomo del caballo que le retenía junto a Frank. Aquella proximidad se sentía cómoda y natural como si siempre hubieran estado así. Rose volvió a sentir ese ligero cosquilleo jugando en su estómago y el calor brotando de él. Sin embargo, Frank dio un paso atrás interponiendo espacio y cordura entre ellos.

—Todo se lo debo a usted —dijo Rose sacudiendo su vestido para que recuperara su forma tas la carrera. Trataba de evitar mirar a su compañero ansiado que le mirara de la misma forma que lo había hecho antes.

—Ha sido muy sencillo enseñarle. Es una buena aprendiz —⁠comentó inseguro Frank cogiendo las riendas de su caballo para iniciar un paseo a lo largo del río de regreso a la propiedad. Estar detenido sería un reto demasiado

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