El sistema Victoria by Éric Reinhardt

El sistema Victoria by Éric Reinhardt

autor:Éric Reinhardt [Reinhardt, Éric]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Erótico, Drama, Psicológico
editor: ePubLibre
publicado: 2012-06-06T04:00:00+00:00


7

La noche pasada me despertaron sobresaltado unos golpes dados a mi puerta.

Esta pesadilla me aterroriza noche sí, noche no desde hace tres meses: me incorporé sudando en la oscuridad de mi habitación de hotel como me había incorporado en mi cama junto a Sylvie la mañana en que el tumulto se había producido realmente, fui al cuarto de baño para beber un buen vaso de agua mientras que aquel día, sorprendido de que pudiera producirse tanto ruido a una hora tan temprana, me había dirigido hacia el origen del estruendo para elucidar sus razones. Eran hacia las seis (mi despertador suena a las seis y cuarto, pero, como había dormido muy mal, tenía grandes dificultades para despertar), me preguntaba por qué razón violentaban con semejante constancia mi puerta: tal vez hubiera ocurrido algún incidente en casa de un vecino, una crisis cardiaca; o quizá se hubiera producido en el barrio un accidente de circulación; o era un sueño, pero esa hipótesis menguaba por sí misma a medida que andaba hacia aquel jaleo extirpándome de los vapores del sueño. Me había acercado prudentemente y entonces había oído: «¡Policía, abran!», yo había descorrido el cerrojo y una marea humana me había pegado a la pared del vestíbulo.

Aterrorizado por esa pesadilla como pocas veces lo había estado hasta entonces, no tuve ganas, la noche pasada, de volver a acostarme tras haber bebido un vaso de agua en el cuarto de baño. Son las tres y veinte de la mañana, bajo por la escalera intentando hacer el menor ruido posible y cuando empujo la puerta que da al salón doy con la propietaria del establecimiento sentada en bata en un sillón, descalza, con una pierna doblada bajo las nalgas, leyendo un libro: se ha puesto gafas. Levanta hacia mí la cabeza al oír la puerta y me sonríe, me acerco y nos reímos silenciosamente por ese inesperado encuentro, me señala el sofá que está ante su sillón, al otro lado de la mesa baja. Ha encendido fuego en la estufa de leña, las llamas son hermosas, verticales, tras el cristal cóncavo.

—¿Qué le sucede? —me pregunta—. ¿No consigue dormir?

—Sí, no es eso, dormía perfectamente bien. Pero me ha despertado una pesadilla, una pesadilla realmente atroz. En fin, siempre es la misma, llaman a mi puerta... o más bien intentan derribar mi puerta... y necesito unos segundos para comprender que no es la puerta de mi habitación de hotel la que están echando abajo. Eso es lo que ocurre noche si, noche no en mi sueño desde hace tres meses.

—Ya lo sé —me responde la propietaria del hotel.

—¿Cómo que lo sabe?

—Nuestro apartamento está justo encima: le oímos aullar. A mi marido le gustaría que le cambiáramos de habitación, pero la suya es grande, da al bosque. Puesto que su estancia es bastante larga —me dice con una sonrisa de suficiencia—, me dije que sería ridículo adjudicarle una habitación menos agradable... pero entonces sus aullidos nocturnos enojan a mi marido —me dice intentando reproducir, con una acentuada pronunciación de las guturales, entornando los ojos, la rabia de su marido.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.