Edenbrooke by Julianne Donaldson

Edenbrooke by Julianne Donaldson

autor:Julianne Donaldson [Donaldson, Julianne]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Histórico, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2012-03-27T04:00:00+00:00


Capítulo 15

Inspiré hondo intentando aclararme las ideas. No podía dejarme engañar por los ardides de Philip, como tantas otras mujeres antes que yo, ni aun cuando me pareciera inevitable. Mi lealtad para con mi hermana era más importante que la atracción que sentía.

—Sí. Eso es todo.

Me obligué a mirarlo a los ojos mientras pronunciaba esas palabras para que creyera que eran ciertas.

Una sombra cruzó por delante de sus ojos y entonces levantó la mirada y la fijó en algún punto por encima de mi cabeza. Me di cuenta de que en su interior se estaba librando una lucha importante y me quedé mirando un músculo que vibraba en su mandíbula apretada. Finalmente apartó su mano de mi barbilla y se alejó de la pared. Mis manos cayeron a los lados cuando dio un paso atrás.

A pesar de haberme negado a sucumbir a mis sentimientos, no pude evitar percatarme de lo guapo que estaba con las mejillas encendidas y aquella mirada ardiente. Y cuando se atusó el pelo, me resultó imposible no seguir el movimiento de su mano con la mirada y preguntarme cómo sería hundir mis dedos en su cabello.

—Muy bien —dijo con la voz más calmada, pero aún algo severa—. Si le importo lo más mínimo, ya sea como amigo o incluso solo como su anfitrión, no vuelva a marcharse de ese modo. No haga que me preocupe sin necesidad.

—No lo haré —admití con la voz temblorosa—. Lo prometo.

Tenía que apartar la mirada de él y la fijé en Meg. Había ido allí con la intención de hacer algo con ella, pero ahora era incapaz de recordar el qué. Allí hacía demasiado calor, el espacio resultaba demasiado pequeño y Philip era demasiado… Philip.

—El mozo se encargará de ella —resolvió con tono firme, pero amable.

Agarró mi cartera y con un gesto me indicó que saliera yo primero. El sol poniente proyectaba haces de luz dorada entre los árboles y dejaba la mayor parte de la superficie al amparo de las sombras y de la luz azulada de la oscuridad creciente. Cuando salimos del establo, inspiré hondo. Mucho mejor. El aire fresco del exterior me despejaría la cabeza y el corazón y borraría la carga de emociones que había entre Philip y yo.

Sentía que algo grave y tenso se interponía entre nosotros. El silencio se había vuelto incómodo y no estaba habituada a ese tipo de sensaciones con él. Estaba acostumbrada a sentirme a gusto y en confianza, no a estar tensa e incómoda. ¿Acaso nuestra relación era realmente tan frágil como para arruinarse en un solo día?

No importaba cuánto hubiese aleccionado a mi corazón sobre la necesidad de destruir mi amistad con Philip, me sentía aterrorizada ante la mera idea de que ya hubiese ocurrido. No estaba lista. Aún no había mentalizado del todo a mi corazón para que aceptara aquel cambio. Además Cecily aún no había llegado. Eché una mirada furtiva en su dirección y descubrí que me observaba con una expresión pensativa.

—¿Qué ha hecho hoy? —preguntó.

—Oh, he estado pintando.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.