Donde caben dos, caben tres by Noelia Medina

Donde caben dos, caben tres by Noelia Medina

autor:Noelia Medina [Medina, Noelia]
La lengua: spa
Format: epub
editor: Editorial LxL
publicado: 0101-01-01T00:00:00+00:00


Capítulo 20

La hermana

Hugo insistió en quedarse para esperarme y yo insistí aún más en que se marchara. Aquello era demasiado personal para inmiscuirlos a ellos, y tampoco los quería hacer cargar con uno más de mis problemas.

Vi cómo se marchaba a regañadientes y sin decirme adiós con la mano, como de costumbre. Cogí aire en los pulmones y observé aquel maldito cartel que me saludaba por segunda vez. Vivir Sano abría sus puertas de cristal para recibirme, y la chica pelirroja de pelo rizado me reconoció al instante. Salió de detrás del mostrador con una radiante sonrisa y me ofreció su mano.

—Señorita Bonnet, qué alegría verla por aquí.

—Igualmente, Verónica —respondí, recordando su nombre a la perfección—. ¿Qué tal Scott?

Verónica esbozó una nueva sonrisa que me tranquilizó.

—Vamos, compruébelo usted misma.

—¡Por favor, tutéame! —le rogué.

No estaba muy segura, pero quizá Verónica tuviera unos cuantos años más que yo.

Posó su mano en mi espalda y me hizo caminar por el mismo pasillo que ya había recorrido el día que conocimos las instalaciones. Mis tacones dejaron de resonar frente a una puerta blanca que Verónica abrió segundos después.

—Pasa. Enseguida vendrá el señor Lebeau. Tiene muchísimas ganas de verla —fue lo último que dijo antes de cerrar la puerta tras de sí.

De pie y sin moverme del sitio, observé el lugar. Era una especie de biblioteca rodeada por todo tipo de ejemplares cubiertos por una fina cristalera. En el centro, de manera escrupulosa, había colocadas varias mesas cuadradas y grandes con sillas a su alrededor. Las paredes, de un color anaranjado, se encontraban adornadas con varias frases de motivación que me hicieron sonreír. Scott estaba en un buen lugar.

'El éxito en la vida no se mide por lo que logras, sino por los obstáculos que superas'.

'Quizá hoy no llegue a mi meta, pero estoy más cerca de lo que estaba ayer'.

'La vida recompensa de forma extraordinaria a quienes se entregan de forma extraordinaria'.

—¿Naiara? —La voz de Scott consiguió que dejara de leer, que pegara un saltito y me girara hacia la puerta.

El Scott que quince días antes había ingresado en el centro no tenía nada que ver con el Scott que se encontraba parado frente a la puerta. Su pelo tenía un parecido corte al que lucía habitualmente: corto, cuadrado y con el flequillo peinado hacia arriba con un ligero toque a la derecha. La ropa volvía a encajar con un cuerpo más relleno que la última vez y, sobre todo, sus ojos tenían ese brillo que había desaparecido por completo. No era exactamente el Scott que un día conocí, pero si se le parecía bastante más que el que me encontré aquel día en el Wice Choise.

Pegó varias zancadas hasta donde yo me encontraba con paso ligero y se quedó parado frente a mí, confuso, temblando y sin saber qué hacer. Yo sí supe. Lo abracé fuerte, y él correspondió mi abrazo de una manera tan intensa que logró que cerrara los ojos y frunciera los labios.

—Has venido… —susurró con la voz ida y sin soltar mi agarre.



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