Cartas by Jane Austen

Cartas by Jane Austen

autor:Jane Austen [Austen, Jane]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Memorias, Crónica
editor: ePubLibre
publicado: 1932-01-01T05:00:00+00:00


Siempre tuya,

J.A.

96

Cassandra Austen, de Godmersham a Londres

Sábado 6 – domingo 7 de noviembre de 1813

Godmersham Park, sábado 6 de noviembre

Mi querida Cassandra,

Disponiendo de media hora antes del desayuno —imagíname al calorcito en mi habitación, mañana encantadora, fuego excelente—, te daré algunas noticias sobre los últimos días. No obstante, ¿qué puedo decir?… debería dedicarme a estúpidas menudencias a menos que escriba una carta breve.

En Chilham Castle vimos solo a los Britton, además del señor y la señora Osborne y una tal señorita Lee, que es una invitada de la familia; en total eran solo catorce. Nuestro hermano y Fanny sostienen que es la compañía más simpática que hayan conocido jamás, y yo me distraje mucho con trivialidades. Deseaba conocer desde hace tiempo al doctor Britton, y su esposa me divierte mucho con el refinamiento y la elegancia que exhibe. Encontré encantadora a la señorita Lee; admira a Crabbe como se merece. Está en la edad de la razón; es al menos diez años más vieja que yo. Asistió al famoso baile de Chilham Castle[1], de modo que seguramente te acordarás de ella. A propósito, dado que ya he dejado de sentirme joven, encuentro mucho placer en hacer de una especie de acompañante, pues me siento en el diván junto al fuego y puedo beber tanto vino como quiera. Por la tarde hubo música; tocaron Fanny y la señorita Wildman, con el señor James Wildman sentado muy cerca escuchando, o fingiendo que escuchaba.

La de ayer fue una jornada de completa disipación; primero vino sir Brook[2] a entretenernos antes del desayuno, después vino a vernos el señor Sherer; más tarde la habitual visita matutina de lady Honeywood, que volvía a casa desde Eastwell. Después sir Brook y Edward se fueron; luego cenamos —éramos cinco— a las cuatro y media; después tomamos el café y a las seis la señorita Clewes, Fanny y yo nos fuimos. Fue una hermosa noche para nuestro recreo. Llegamos antes de lo esperado pero, al poco, desaparecieron lady B.[3] y sus dos acompañantes; habíamos dejado el sitio para ella y nos sentamos juntos los seis, en fila, en un lado de la pared, conmigo entre Lucy Foote y la señorita Clewes. Lady B. es como me esperaba; no consigo decidirme entre si es más bien hermosa o muy ordinaria. Me gustó, pues no veía la hora de que terminara el concierto para irse, y se escabulló con mucha decisión y presteza sin esperar para hacer elogios o dilatarse en petulancias por haber visto a la querida Fanny, que durante la mitad de la velada estuvo en la otra parte de la sala con sus amigas, las Plumptre. Me estoy volviendo demasiado detallista, de modo que mejor me voy a desayunar.

Una vez terminado el concierto, la señora Harrison y yo nos encontramos de nuevo en el exterior y tuvimos una agradable y amistosa charla de cortesía. Es una mujer deliciosa; una mujer deliciosa en todo y para todo, ¡y tan parecida a su hermana! Me parecía estar hablando con la señorita Lefroy.



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