Amos y Mazmorras IX by Lena Valenti

Amos y Mazmorras IX by Lena Valenti

autor:Lena Valenti [Valenti, Lena]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Erótico, Policial
editor: ePubLibre
publicado: 2018-07-01T04:00:00+00:00


* * *

Lonan no quería devolverla al hotel.

Si dependiera de él, se la habría llevado con él a la villa que habían alquilado. A la casa del cerro no la iba a llevar porque Shia se estaba encargando de venderla y ya lo habría dejado todo en orden.

Pero la villa era grande, tenía cinco habitaciones, y todo el espacio que necesitara. Y ellos harían esfuerzos por que se sintiera cómoda.

Al menos, Lonan dejaría de estar preocupado por ella. Sabía que Karen era fuerte, pero él no quería que estuviera sola. No se sentía bien. Tenía la necesidad de protegerla.

Sin embargo, la chica declinó su oferta. Y era algo en lo que no dejaba de pensar, sentado en el sofá del salón, tomándose una cerveza desganado mientras sus hermanos veían un partido de la NFL. Y no era capaz de prestar atención cuando, en otro momento estaría dando gritos y voces como el hooligan que era.

—Lonan, tío —le dijo Dasan intrigado, que veía el humor de su hermano mayor—. ¿Quieres que la vayamos a buscar? Activamos las alarmas de incendio y la sacamos del hotel. No será difícil.

Lonan bebió a morro de su botella y negó vehementemente.

—Karen te volaría los huevos si hicieras eso. No le gusta nada que la vean como débil.

—Porque no lo es —añadió Koda sin apartar los ojos de la pantalla—. Esa mujer será muchas cosas, pero débil no es una de ellas.

—Habló el lector de almas —bromeó Dasan—. Deja de leer a Deepak Chopra. Te está girando la cabeza.

—No es muy difícil llegar a esa conclusión, capullo —contestó Koda sin tomárselo en serio—. No necesita a los hombres para que cuiden de ella. Es una lobita solitaria. Una alfa. ¿A que no me equivoco, Lonan?

—Sí, una alfa que te ha tenido cachondo todo el día —añadió Dasan mirándolo de reojo—. Y no te culpo. Tiene una presencia de esas que hacen que te envares nada más verla.

—Karen es dominante porque no confía en dejar las riendas a nadie —les explicó Lonan—. Se conduce sola. Y tienes razón, se sabe cuidar muy bien. No quiere a los hombres para eso. Los quiere como iguales, a su lado.

Dasan fue el primero en preguntar abiertamente sobre ella y sus necesidades.

—¿Está interesada?

Lonan se tensó.

—¿En qué?

—Ya sabes en qué —Dasan se levantó—, no te hagas el despistado. En probar a estar con los tres. La veo una mujer sin tabús. Y a mí me gusta mucho —aseguró Dasan pasándose los dedos por las hebras de su pelo largo—. ¿Y si fuera ella?

—Karen hará y será lo que quiera —dijo Lonan cortante—. La veo receptiva para pasárselo bien, sin juicios y sin reproches. Pero no creo que quiera nada más. Es libre y es curiosa. Ya está.

—No tiene que estar enamorada de los tres para acostarse con nosotros —refutó Koda—. Solo con que quiera intentarlo y con que disfrute y quiera repetir, ya tendremos suficiente. El amor llegaría con el tiempo.

Lonan se pasó la mano con frustración por encima del cráneo y resopló nervioso.



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