A contracorriente by Noe Casado

A contracorriente by Noe Casado

autor:Noe Casado [Casado, Noe]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Erótico, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2013-05-01T04:00:00+00:00


Capítulo 22

¿Puedo contar contigo?

A ninguno de los dos se les pasó por alto las sonrisas de complicidad de la familia cuando salieron juntos de casa de Samantha.

Todos los allí presentes, incluida su hermana, proclamaban a los cuatro vientos la buena pareja que hacían.

—No sé por qué siguen insistiendo —murmuró Sebastian—. Vamos, sube al coche.

Ella no dijo nada, por si acaso.

No es que entre sus planes entrara la idea de cazarle, pero sí de contar con él de un modo muy particular.

—¿Has oído los rumores acerca del hijo de Barnes?

—¿El que se cree una cantante y se está gastando una fortuna en actuar en un teatro de mala muerte?

—¡Maldita sea! Se supone que era un cotilleo jugoso —protestó ella, pues pensaba que tenía un tema interesante para distraerle lo suficiente hasta poder hablarle de lo que realmente quería—. ¿Podríamos ir al…?

—Ni hablar, no voy a llevarte a un club como La Ratita Presumida.

—Bromeas. —Le miró abriendo los ojos como platos—. ¿De verdad se llama así?

—¿Tengo cara de chiste? —replicó él aguantándose la risa.

—No sabría decirte. Y no me distraigas. —Por lo menos había averiguado el nombre del club—. Sabes perfectamente que voy a ir. De ti depende que lo haga acompañada o sola.

—Pasas demasiado tiempo en dudosas compañías —contraatacó él en clara referencia al abogado.

«No lo sabes tú bien».

—Como quieras… —No insistió más, pues ese asunto podía resolverlo más adelante.

Llegaron al restaurante y él, como siempre, se mostró atento, educado, alegre, buen conversador… Hasta que llegaron a los postres.

—Ha llegado la hora, querida. Confiesa.

—Eres peor que mi hermano imitando a un matón.

—Samantha… —Sebastian se mostraba impaciente por conocer los detalles sobre la aventura de su amiga. Ya no quedaban temas sobre los que hablar.

—Prométeme que pase lo que pase no dirás ni una sola palabra. A nadie.

—¡Cuánto misterio! Está bien. Lo prometo. —Hizo un gesto infantil para dar más énfasis a su promesa—. Pero deja de marear la perdiz. ¿Quién es el bastardo afortunado que va a morir por intentar quitarme a mi querida Samantha?

—No seas bobo —le reprendió riéndose. Después respiró profundamente.

—Samantha…

—Está bien, te lo diré. Se trata de James.

—¿James? ¿Qué James? No me suena.

—¿Te suena más cierto abogado que…?

Su amigo y aspirante a cocinero tardó exactamente dos segundos en procesar la información.

—¡No jodas! —exclamó sorprendido—. Perdón —añadió rápidamente.

—Pues sí —le confirmó ella haciendo una mueca—. Por eso necesito que…

—¡No me lo puedo creer! —la interrumpió él—. De todos los hombres que te rodean. ¿Él? Cariño, no puede ser; ese hombre no te conviene.

—¡Ya lo sé! Pero… en fin, ha pasado.

—Cuando se entere…

—No se va a enterar nadie porque tú no sabes nada. Me lo has prometido.

—Sí, confía en mí. Pero… ¡Joder! ¡Qué cabronazo!

—Y no sabes lo mejor —murmuró ella.

—Déjame tomar al menos un trago para soportarlo —dijo Sebastian teatralmente.

—Me ha pedido que me case con él.

Por poco no escupió todo el vino al oírla. Pero estaban en un lugar muy concurrido y elegante como para llamar la atención de aquella manera.

—No puede ser. ¿Estamos hablando del mismo cabrón? Y perdón por el apelativo, pero no tengo otro a mano.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.