2 x 2 no siempre es 4 (Spanish Edition) by Carlos Dueñas

autor:Carlos Dueñas [Dueñas, Carlos]
La lengua: spa
Format: mobi
publicado: 2019-02-27T00:00:00+00:00

–A veces creo que Nicole es una mujer frígida –dijo Federico casi en susurro acariciando la espalda de Melissa, que hizo un gran esfuerzo para contenerse y no decirle en realidad lo que se merecía oír Federico. Pero fue prudente.

–Yo creo que en realidad tú no conoces a Nicole. La frigidez, por lo general, es un término que usan los hombres como excusa de su insatisfacción sexual, tratando de culpar a la otra parte de la pareja. Piensa en eso… Yo creo que ustedes están falta de juegos eróticos, de complicidades morbosas, de descaros necesarios y de un desdoble de su moral. Sin embargo, no te has dado cuenta que hoy has hecho conmigo lo que eres incapaz de lograr con ella. Simplemente, porque me ves a mí como la perra que pertenece a otro y que ahora es tu trofeo. Trata de verla a ella así y desinhíbanse más –Melissa había llegado al punto que quería llegar y decidió soltar una de sus mágicas señales–. Hay que hacer cosas locas… deberíamos hacer un intercambio de pareja, libremente, sin escondernos.

Por unos segundos, Federico contrajo el rostro porque la propuesta no era de su agrado, pero inmediatamente cambió su postura.

–¿Y tú crees que tu marido acepte? –preguntó aflojando su contrariedad.

–No sé, sería cuestión de intentarlo. ¿Tú que piensas? ¿Crees que Nicole acepte?

–No creo, ella es demasiado celosa –Federico se detuvo porque se dio cuenta que diría un disparate y Melissa podía enojarse. Realmente, no concebía la idea de que a Nicole le agradara estar con un hombre demasiado fino y con rasgos de amaneramiento.

–¿Qué ibas a decir? –atacó Melissa, dándose cuenta de la pausa.

–Nada importante…

–¡Ya me imagino! No puedes aceptar la idea que tu mujer ande con otro hombre… ¡eres todo un macho moderno!

Federico volvió a sonreír.

–No, no era eso… solo dime la verdad, Melissa. ¿Crees que tu esposo aceptaría? –insistió Federico porque lo picaba la curiosidad por saber de qué material estaba hecho Miguel Ángel.

–Si yo se lo pido, yo creo que aceptará.

«No cabe duda que ese cuate es maricón», pensó Federico mientras acercaba su boca a la de Melisa y la besaba.

–Si yo fuera tu marido, no te compartiría con nadie –comentó con aire de macho castigador, tras el beso.

–Y ahora dime tú, ¿qué pensarías si Nicole estuviera teniendo sexo en este momento con mi marido?

–¡Eso jamás sucedería! Nicole es incapaz de traicionarme con otro hombre, si no tiene mi consentimiento.

Melissa casi suelta la carcajada, pero se contuvo y notó que Federico empezaba a excitarse porque su miembro presionaba sobre el muslo de ella. Era evidente que Federico captaba la señal.

–Y si yo te dijera que en este momento, Nicole y Miguel están teniendo sexo… ¿Me lo creerías? –la excitación de Federico aumentaba a cada momento–. ¡Mira cómo te estás poniendo!, eso significa que no te desagrada la idea.

–En verdad, lo que me agrada pensar es que lo puedan estar haciendo y nos dejen el camino libre a nosotros. Pero conociendo a Nicole, dudo que acepte que yo esté contigo, y mucho menos acepte estar con otro hombre que no sea conmigo.

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