Y al final, la guerra by Lorenzo Silva & Luis Miguel Francisco

Y al final, la guerra by Lorenzo Silva & Luis Miguel Francisco

autor:Lorenzo Silva & Luis Miguel Francisco [Silva, Lorenzo & Francisco, Luis Miguel]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Crónica, Ciencias sociales
editor: ePubLibre
publicado: 2014-01-01T05:00:00+00:00


VI

Son las 11.30 horas. Las primeras noticias sobre un ataque a la Base Al Ándalus llegan al cuartel general español en Diwaniya. La información es transmitida directamente desde el Puesto de Mando Alternativo de Nayaf. El coronel Asarta, jefe de la Base Al Ándalus, se ha personado en el puesto de mando y ha dado las órdenes pertinentes: «Que cada uno ocupe sus puestos según el plan de seguridad». El coronel solicita una evaluación de la situación y deja a las órdenes del coronel Celedonio, el jefe del batallón salvadoreño, a la sección de reserva española.

Se está produciendo un ataque generalizado contra la base, desde prácticamente todos los flancos. También se empieza a tener noticias sobre agresiones a otras bases, edificios gubernativos, comisarías y fuerzas de seguridad iraquíes. El combate parece que se ha extendido a toda la ciudad y la situación es de una gravedad extrema. Nayaf está en poder del Ejército del Mahdi. Todo lo que tan penosamente se había logrado hasta allí se ha venido abajo de golpe. Según el coronel Asarta: «Habíamos conseguido que el Mahdi en Kufa estuviera reducido a la mezquita, fuera de las calles». Pero en ese instante, la realidad es la contraria. Los seguidores de Al Sadr son los dueños de Nayaf.

Los miembros del escuadrón de Caballería ya están en los vehículos. La unidad se va a articular en dos núcleos: el pelotón de Vergara va a entrar en posición en la puerta principal del destacamento, mientras que el blindado del capitán Placer va a defender el flanco este, justo enfrentándose al muro de Kufa, por donde se han topado con los policías iraquíes. Todo el personal de la base está hipotecado en la defensa, la alarma ha saltado y da igual el puesto que se ocupe: hasta el coronel Asarta va a subir, fusil en mano, a batirse codo a codo con los suyos. La soldado Zancada, perteneciente a la unidad de la Policía Militar española, acaba de salir de guardia cuando su compañera de habitación entra histérica en el dormitorio que ocupan ambas: «¡Que nos atacan, que nos atacan!». Zancada no se lo piensa dos veces: coge su ametralladora MG-42 y sube a la azotea mientras observa como la otra soldado ocupa posiciones debajo de la litera.

El plan de seguridad se pone en funcionamiento, la sección de infantería del alférez Guisado se ha desplegado por completo y responde al fuego con lo que puede; sólo funciona una de las cuatro ametralladoras pesadas de los BMR[23], pero no por ello deja de repeler la agresión. Colocan sus ametralladoras ligeras encima de los blindados y junto con los fusiles hacen su trabajo. Todos los hombres a las órdenes del alférez han ocupado su puesto prefijado. Habrá una excepción. El cabo primero Benítez, tirador selecto del oficial, tomará posiciones en la azotea. Desde allí, tendrá una visión mucho más amplia y podrá asignar objetivos a los blindados. El Cabo primero va armado con un fusil de francotirador modelo Accuracy AW. Su historia en aquel combate es una de las más intensas.



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