Sangre y arena by Vicente Blasco Ibáñez

Sangre y arena by Vicente Blasco Ibáñez

autor:Vicente Blasco Ibáñez [Blasco Ibáñez, Vicente]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Drama
editor: ePubLibre
publicado: 1907-12-31T16:00:00+00:00


* * *

VI

—Paece mentira, Sebastián. Un hombre como tú, con mujer y con hijos, prestarte a esas alcahueterías… ¡Yo que te creía otro y tenía la confiansa en ti cuando salías de viaje con Juaniyo! ¡Yo que me queaba tranquila porque iba con una persona de carácter!… ¿Aónde están toas esas cosas de tus ideas y tu religión? ¿Es que eso lo manda la reunión de judíos que os juntáis en casa de don Joselito el maestro?

El Nacional, asustado por la indignación de la madre de Gallardo y conmovido por las lágrimas de Carmen, que lloraba silenciosa, ocultando su cara tras un pañuelo, se defendía torpemente. Pero al escuchar las últimas palabras, se irguió con gravedad sacerdotal.

—Señá Angustias, no me toque usté las ideas y deje en paz si quiere a don Joselito, que na tié que ver en too esto. ¡Por vía e la paloma azul! Yo fui a La Rinconá porque me lo mandó mi mataor. ¿Usté sabe lo que es una cuadrilla? Pues lo mismo que el ejérsito: disiplina y servilismo. El mataor manda, y hay que obedeser. Como que esto de los toros es de los tiempos de la Inquisisión, y no hay ofisio más reasionario.

—¡Payaso! —gritó la señora Angustias—. ¡Güeno estás tú con toas esas fábulas de Inquisisión y reasiones! Entre toos estáis matando a esta probesita, que se pasa el día sortando lágrimas como la Dolorosa. Tú lo que quieres es tapá las charranás de mi hijo, porque te da a comé.

—Usté lo ha dicho, señá Angustias; Juaniyo me da a comé, eso es. Y como me da a comé, tengo que obedeserle… Pero venga usté aquí, señora: póngase en mi caso. Que me dise mi mataor que hay que ir a La Rinconá… Güeno. Que a la hora de dirnos me encuentro en el otomóvil con una señorona mu guapa… ¿Qué vamos a haserle? El mataor manda. Aemás, no iba yo solo. También iba Potaje, que es persona de arguna edá y de respeto, aunque sea un bruto. Nunca se ríe.

La madre del torero se indignó con esta excusa.

—¡Potaje! Un mal hombre, que Juaniyo no debía yevar en su cuadrilla si tuviese vergüensa. No me hables de ese borracho, que le pega a su mujer y tiene muertos de hambre a los chicos.

—Güeno: fuera Potaje… Digo que vi aqueya señorona, ¿y qué iba a hasé? No era una pelandusca; es la sobrina der marqués, una partidaria del maestro, y los toreros ya sabe usté que han de estar bien con la gente que puede. Hay que vivir der público. ¿Qué mal hay en esto?… Aluego, en er cortijo, ¡na! Se lo juro a usté por los míos: ¡na! ¡Güeno soy yo pa aguantar ese mochuelo, aunque me lo mandase mi mataor! Yo soy una persona desente, señá Angustias, y hase usté mal en yamarme eso feo que me ha yamao endenantes. ¡Por vía e la paloma!… Cuando se es del comité y vienen a consultarle a uno en día de elecsiones, y concejales



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.