Vittorio, el vampiro by Anne Rice

Vittorio, el vampiro by Anne Rice

autor:Anne Rice [Rice, Anne]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Terror, Fantástico
editor: Ediciones B, S. A.
publicado: 1998-12-31T23:00:00+00:00


8

Réquiem, o el sagrado sacrificio de la misa

como yo jamás lo había contemplado

¿Había existido alguna vez una capilla tan bella, en la que el mármol blanco se hubiera empleado con incomparable maestría? ¿De qué fuente de oro eterno procedían esos espléndidos adornos de volutas y espirales, las altas ventanas de arco ojival, iluminadas desde el exterior por unos ardientes fuegos que ponían de relieve, con la perfección de las joyas, sus diminutas y gruesas facetas de vidrio de colores para formar unas angostas y solemnes escenas en apariencia sagradas?

Sin embargo, no eran unas escenas sagradas.

Me hallaba arriba, en el coro, sobre el vestíbulo, contemplando la inmensa nave y el altar que estaba situado en el extremo opuesto. De nuevo me flanqueaban los siniestros y majestuosos caballeros, quienes cumplían su tarea con gran fervor mientras me sostenían por los hombros para que permaneciera de pie.

Tenía la mente despejada, aunque no del todo. Me aplicaron de nuevo un paño húmedo sobre los ojos y la frente. El agua con que lo habían empapado procedía de un manantial de nieve derretida.

Pese al mareo que sentía, y a la fiebre, no perdí detalle.

Vi a los demonios dibujados en las relucientes vidrieras, tan hábilmente creados con pedacitos de vidrio rojo, oro y azul como unos ángeles o santos. Vi los rostros burlones de esos monstruos con alas dotadas de membranas y garras en lugar de manos, observando a los asistentes.

Abajo, a ambos lados de la amplia nave central se hallaban los miembros de la imponente corte, con sus magníficos ropajes de color rubí, frente al largo y amplio comulgatorio, exquisitamente tallado, y al elevado altar que había detrás de éste.

El nicho situado detrás del altar estaba cubierto con unas pinturas. Unos demonios bailaban en el infierno, danzaban airosamente entre las llamas como bañados por una cálida luz, y sobre ellos aparecían inscritas en letras doradas en unos estandartes sueltos y desplegados las palabras de san Agustín. Yo las conocía por haberlas estudiado, e indicaban que esas llamas no eran las llamas de un fuego real sino que simbolizaban la ausencia de Dios, aunque la palabra «ausencia» se había sustituido por el término en latín que significa «libertad».

«Libertad» era la palabra que aparecía esculpida, en latín, en los elevados muros de mármol blanco, en un friso que se extendía bajo balcones a ambos lados de la iglesia, situados al mismo nivel que el lugar en el que me hallaba yo; desde allí el resto de la corte presenciaba el espectáculo

La luz inundaba la elevada bóveda de crucería.

¿Y en qué consistía ese espectáculo?

El elevado altar estaba adornado con un lienzo escarlata orlado con un fleco dorado, debajo de cuyos pliegues asomaba un cuadro tallado en mármol blanco que mostraba unas figuras bailando en el infierno, aunque debido a la distancia a la que me encontraba no podía apreciar su agilidad.

Lo que vi con perfecta nitidez fueron los gruesos candelabros dispuestos no ante un crucifijo, sino ante una gigantesca imagen en piedra de Lucifer, el ángel caído, con



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.