Una inquietante proximidad by Clara Voghan

Una inquietante proximidad by Clara Voghan

autor:Clara Voghan
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Erótico, Novela
publicado: 2015-09-21T22:00:00+00:00


* * *

—No me toques, por favor —le ordenó Clarita con esa firmeza revestida de suavidad que la caracterizaba.

—¡Soy tu novio! —reclamó Flavio.

—Por ahora no. Mientras duren nuestros matrimonios...

—¿Y tú crees que puedo conformarme durante medio año con una relación en stand by?.... ¡Seis meses es demasiado tiempo! Y yo soy un hombre con demasiadas necesidades.

—Entonces sabrás como remediarlo.

—¿Qué quieres decir con eso? ¿Acaso aceptarías que te fuera infiel? —preguntó Flavio, sorprendido e ilusionado ante un mundo nuevo de posibilidades.

—¡Por supuesto que no!

A pesar de que la pregunta era sólo retórica, (Flavio nunca había abandonado su pequeño vicio por las putas), esa vehemente negativa de su novia logró ofenderlo.

—¡Pero a tu marido lo dejas!

—¡A mi marido no…! No.... No lo quiero —contestó Clarita.

Había iniciado la frase con vehemencia, sólo para terminarla en un hilo de voz mientras un rubor intenso se apoderaba de sus mejillas. Ahora estaba estúpidamente colorada.

Pero Flavio no era ningún estúpido… Ahí ocurría algo.

—¿Cuánto falta para tu divorcio? —le preguntó a su novia con enojo.

—Ignacio habló de seis meses.

—Tu boda fue a fines de noviembre y ya estamos casi en abril... ¡No falta tanto! —exclamó con alegría.

—No, no falta tanto... — repitió ella con tristeza.

Recién ahora Clarita se daba cuenta lo rápido que había transcurrido ese tiempo de su matrimonio. Sin lugar a dudas, una época luminosa en su vida. Y mientras que su andar junto a Ignacio se había vuelto acompasado, la presencia de Flavio, antes tan necesaria, le resultaba ahora una carga.

Él pareció leer su mente.

Sí, las cosas no andaban bien con Clara. Aunque peor estaban con su mujer. Últimamente Margarita ni siquiera se tomaba el trabajo de celarlo.

Pero mientras que con su esposa siempre podía volver, con Clara....

A esas alturas Clara ya era una cuestión de orgullo. Y no sólo eso. También significaba su pasaporte a la libertad. Y no era que Margarita lo atara..., ¡pero su suegro! Cada día toleraba un poco menos al viejo. Encima ahora el muy idiota estaba empeñado en que cumpliera el horario, como si su trabajo en la empresa sirviera para algo de verdad. ¡Y esa manía suya de controlar todo el dinero! Margarita no tenía nada a su nombre. Divorciarse de ella significaba perderlo todo. En cambio Clarita... El marido de Clarita era inmensamente rico. Mucho más que el viejo Franchini. Y a diferencia de lo que ocurría con su suegro, Roca no iba a tener excusas a la hora del divorcio. Según la ley argentina a Clara le correspondía la mitad del incremento patrimonial que él hubiera tenido durante esos seis meses. Y eso bien podía significar varios millones, además de una estupenda pensión vitalicia. Con esa pensión contaba Flavio para no tener que salir a buscar trabajo una vez divorciado. Después de todo si el idiota de Ignacio había rechazado la anulación del matrimonio para salvar su honor, era justo que pagara lo que ese honor valía.

Desde el primer día en que entró a esa casa espléndida, Flavio se moría por hacer una pregunta. Pero siempre había callado, temiendo la reacción de Clarita.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.