Un mal principio by Lemony Snicket

Un mal principio by Lemony Snicket

autor:Lemony Snicket [Snicket, Lemony]
La lengua: spa
Format: epub, mobi
Tags: Novela, Drama
editor: ePubLibre
publicado: 1993-01-01T05:00:00+00:00


Capítulo Ocho

Klaus se quedó toda la noche leyendo, algo que normalmente le encantaba. Cuando sus padres estaban vivos, Klaus solía llevarse una linterna a la cama, se ocultaba bajo las sábanas y leía hasta que ya no podía mantener los ojos abiertos. Algunas mañanas su padre entraba en la habitación de Klaus para despertarlo, y le encontraba dormido con la linterna en una mano y un libro en la otra. Pero aquella noche en concreto, claro, las circunstancias eran muy distintas.

Klaus se quedó junto a la ventana, entrecerrando los ojos para leer el libro que había cogido a escondidas a la luz de la luna que iluminaba tenuemente la habitación. De vez en cuando miraba a sus hermanas. Violet dormía intermitentemente —palabra que aquí significa «revolviéndose mucho»— en la incómoda cama, y Sunny se había acurrucado en las cortinas de tal modo que parecía un montoncito de ropa. Klaus no había hablado a sus hermanas del libro, porque no quería darles falsas esperanzas. No estaba seguro de que les ayudara a salir del conflicto.

Era largo y difícil de leer, y Klaus se fue cansando y cansando más y más a medida que transcurría la noche. De vez en cuando se le cerraban los ojos. Se encontró leyendo la misma frase una y otra vez. Se encontró leyendo la misma frase una y otra vez. Se encontró leyendo la misma frase una y otra vez. Pero entonces se acordaba de cómo habían brillado los garfios del socio del Conde Olaf en la biblioteca, y se los imaginaba atravesando su piel, y despertaba de golpe y seguía leyendo. Encontró un trozo de papel que rompió a tiras, y lo utilizó para marcar partes importantes del libro.

Para cuando la luz del exterior se volvió gris al acercarse el amanecer, Klaus había encontrado todo cuanto necesitaba saber. Sus esperanzas emergieron con el sol. Finalmente, cuando los pájaros empezaban a cantar, Klaus se dirigió de puntillas hasta la puerta del dormitorio y la abrió con cuidado, para no despertar a la inquieta Violet o a Sunny, que seguía escondida entre las cortinas. Se dirigió hacia la cocina y se sentó a esperar al Conde Olaf.

No tuvo que esperar demasiado antes de oír que Olaf bajaba ruidosa y pesadamente las escaleras de la torre. Cuando el Conde Olaf entró en la cocina, vio a Klaus sentado a la mesa y sonrió, palabra que aquí significa «sonrió de forma poco amistosa y falsa».

—Hola, huérfano —dijo—. Te has levantado temprano.

El corazón de Klaus latía muy deprisa, pero él aparentaba calma, como si llevase una armadura invisible.

—He estado despierto toda la noche —dijo—, leyendo este libro —dejó el libro en la mesa para que Olaf pudiera verlo—. Se llama Leyes nupciales, y leyéndolo he aprendido muchas cosas interesantes.

El Conde Olaf había sacado una botella de vino para servirse un poco como desayuno, pero al ver el libro se detuvo y se sentó.

—La palabra «nupcial» —dijo Klaus—, significa «relacionado con el matrimonio».

—Sé lo que significa esa palabra —gruñó el Conde Olaf—.



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