Un canalla arrogante by Adriana Rubens

Un canalla arrogante by Adriana Rubens

autor:Adriana Rubens [Rubens, Adriana]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico, Histórico, Erótico
editor: ePubLibre
publicado: 2023-07-30T00:00:00+00:00


CAPÍTULO 13

La oscuridad de la noche cayó sobre él al instante y la brisa nocturna lo envolvió con una suave fragancia a brezo.

—Señorita MacEwen, ¡deténgase! —ordenó al ver que se adentraba en el jardín, pero la muy testaruda no hizo más que acelerar su paso. Weston corrió para alcanzarla por los laberínticos setos que los rodeaban.

»Bonnie, ¡maldición, para! —gruñó tomándola del brazo para detenerla cuando por fin pudo llegar a ella.

Abrió los ojos de golpe al escucharse. En su mente había invocado su nombre mil veces y de mil maneras diferentes, pero aquella era la primera vez que la llamaba Bonnie de forma directa y aquello lo descolocó.

—Bien, volvemos a tutearnos —masculló la muchacha girándose hacia él—. Me ha sacado de quicio el tono tan formal con el que llevas dirigiéndote a mí toda la noche. Señorita MacEwen por aquí, señorita MacEwen por allá —murmuró con voz de falsete.

—¿Tono formal? ¡Por Dios! Se supone que esa es la manera correcta en la que te debería hablar siempre.

—Y la que nunca utilizas.

—Porque nunca me has dado opción, siempre te comportas de forma irreverente conmigo —adujo él—. Además, no sé por qué te molesta tanto que te llame señorita MacEwen cuando tú nunca me has llamado por mi nombre —rebatió—. Siempre soy «vizconde», «lord Ellis» o incluso «maldito inglés», pero nunca…

—Weston.

Su nombre en boca de ella lo acalló al instante provocándole un vuelco en el estómago. Sobre todo, al apreciar cómo se mordía el labio nada más decirlo. Aquel gesto siempre despertaba en él el deseo y reducía su control a cenizas.

—No está mal para empezar —musitó bronco cuando por fin encontró la voz.

Sus ojos vagaron por el rostro femenino acariciado por las sombras de la noche.

Tan solo un par de semanas atrás, le había parecido corriente.

Después de conocerla, era cualquier cosa menos eso.

No podía decir con objetividad que fuese la mujer más hermosa que hubiese conocido jamás, pero sin duda era la única capaz de hacer tambalear el suelo bajo sus pies solo con pronunciar su nombre.

—¿Para empezar? —inquirió confusa.

—Lo has susurrado con reticencia, ahora veamos si consigo que lo gimas con deseo.

Weston tomó su rostro entre las manos y la besó. A diferencia de otras ocasiones, lo hizo de forma lenta y seductora, más dispuesto a conseguir una respuesta que a saciar su propio apetito. Y tuvo su recompensa cuando Bonnie dejó escapar un suspiro de rendición y le rodeó el cuello con los brazos.

En aquella ocasión, no pudo limitarse a besarla. Sus manos buscaron con ansia su piel y cada uno de los tesoros que aquel bonito vestido escondía.

Solo esperaba que lady Mildred consiguiera retener a los hermanos MacEwen para que no los siguieran. Y, si conocía un poco a su tía, sabía que haría lo que estuviese en sus manos para lograrlo.

***

Lady Mildred se plantó en el vano de la puerta acristalada con los brazos extendidos.

—Quietos ahí —ordenó cuando Kendrick y Farlan se dispusieron a ir en pos de la pareja—. Weston y Bonnie necesitan algo de intimidad para conocerse mejor.



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