Testigos olvidados by Andrés Felipe de Pablos - Luisa Fernanda Gómez

autor:Andrés Felipe de Pablos - Luisa Fernanda Gómez [Gómez, Andrés Felipe de Pablos - Luisa Fernanda]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Periodismo y paz en Colombia
editor: Editorial Universidad del Rosario
publicado: 2017-08-28T00:00:00+00:00

Figura 2. “Sale Ricardo, entra Gómez”

“Camilo Gómez Alzate, nuevo alto comisionado para la Paz”.

Fuente: El Espectador (27 de abril de 2000).

La crisis en el proceso del Caguán llegó con fuerza el 16 de mayo de 2000, día en que el Gobierno suspendió una reunión de diplomáticos con las FARC, porque supuestamente la guerrilla había colocado un collar bomba a Ana Elvia Cortés de Pachón, habitante del municipio de Chiquinquirá (Boyacá). Días más tarde, se supo que este acto terrorista no fue ideado por las FARC, sino por bandas criminales y que frentes del Estado aprovecharon la oportunidad para desestabilizar los diálogos del Caguán.

Cuando el proceso se puso nuevamente en marcha, el 29 de abril de 2000, las FARC anunciaron el lanzamiento de su brazo político, el Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia – MBNC –.

Al tiempo que se avanzaba en la negociación con las FARC, el presidente Pastrana tuvo acercamientos con el ELN. Delegados del Gobierno y el comando central de esa guerrilla se reunieron en La Habana, Cuba, en el año 2000 para pactar las bases de una posible negociación.

En julio de 2001, el alto comisionado de paz, Camilo Gómez, se reunió de nuevo con el ELN en Caracas, Venezuela, en donde se acordó, de forma preliminar, una posible desmilitarización de parte del departamento de Bolívar (González, 2014, p. 115). Sin embargo, este proceso nunca cobró forma porque el paramilitarismo impidió el despeje y emprendió una campaña militar para impedirlo a toda costa.

El 18 de septiembre del año 2000 se dio un nuevo trance en el proceso. El Gobierno suspendió las negociaciones tras el secuestro de un avión que aterrizó en San Vicente del Caguán (El Colombiano, 27 de agosto de 2012). Esta aeronave fue desviada al Caguán por Arnobio Ramos, un guerrillero preso que era trasladado de Bogotá a Florencia para una diligencia judicial (Caracol Radio, 1 de febrero de 2001).

Una vez más, el 30 de enero de 2001, los diálogos se congelaron por el secuestro de otro avión por parte de un desertor de las FARC. La aeronave tenía en su interior 30 ocupantes que fueron rescatados al aterrizar en Bogotá.

Entre tanto, la polarización se hizo mayor en los medios de información y la opinión pública se dividió de manera irreconciliable, entre defensores a ultranza y detractores absolutos de los diálogos de paz en la región del Caguán.

Superadas muchas crisis, el 8 y 9 de febrero de 2001, Pastrana y ‘Manuel Marulanda’ celebraron un nuevo encuentro para salvar el proceso y alcanzaron el Acuerdo de Los Pozos. Más tarde y siguiendo con las negociaciones, el 27 de febrero de 2001, la llamada Comisión de Notables, compuesta por personalidades del proceso de paz, entregó un documento con sugerencias para luchar contra el paramilitarismo y disminuir la intensidad del conflicto mediante una tregua bilateral inmediata (El Colombiano, 27 de agosto de 2012).

Gracias al Acuerdo de Los Pozos, se concretó el principal avance del proceso de paz de la era Pastrana: el acuerdo humanitario de junio de 2001, a través del cual se concretó un canje de prisioneros de guerra.

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