Sostiene Pereira by Antonio Tabucchi

Sostiene Pereira by Antonio Tabucchi

autor:Antonio Tabucchi [Tabucchi, Antonio]
La lengua: spa
Format: epub, mobi
Tags: Novela, Drama, Histórico
editor: ePubLibre
publicado: 1994-08-01T04:00:00+00:00


16

A las ocho, puntualísimo, el doctor Cardoso estaba sentado a la mesa del comedor. Pereira también llegó puntual, sostiene, y se dirigió a la mesa. Se había puesto su traje gris y la corbata negra. Cuando entró en la sala miró a su alrededor. Los presentes podían ser una cincuentena, y todos eran ancianos. Más viejos que él, sin duda, en su mayor parte matrimonios de viejos que cenaban en la misma mesa. Eso le hizo sentirse mejor, sostiene, porque pensó que en el fondo él era de los más jóvenes y le gustó no verse tan viejo. El doctor Cardoso le sonrió e hizo ademán de levantarse. Pereira le hizo permanecer en su sitio con un gesto de la mano. Bueno, doctor Cardoso, dijo Pereira, también en esta cena me pongo en sus manos. Un vaso de agua mineral en ayunas es siempre una buena regla de higiene, dijo el doctor Cardoso. Con gas, pidió Pereira. Con gas, concedió el doctor Cardoso, y le llenó el vaso. Pereira se la bebió con una leve sensación de repugnancia y deseó una limonada. Señor Pereira, dijo el doctor Cardoso, me gustaría saber cuáles son sus proyectos para la página cultural del Lisboa, me gustaron mucho la efemérides de Pessoa y el cuento de Maupassant, estaba muy bien traducido. Lo traduje yo, respondió Pereira, pero no me gusta firmar. Debería hacerlo, replicó el doctor Cardoso, sobre todo los artículos más importantes, ¿y qué nos reserva para el futuro su periódico? Pues verá, doctor Cardoso, respondió Pereira, para los próximos tres o cuatro números hay un relato de Balzac, se llama Honorine, no sé si lo conoce. El doctor Cardoso negó con la cabeza. Es un relato sobre el arrepentimiento, dijo Pereira, un hermoso cuento sobre el arrepentimiento, tanto que lo he leído en clave autobiográfica. ¿Un arrepentimiento del gran Balzac?, interrumpió el doctor Cardoso. Pereira permaneció pensativo unos instantes. Perdóneme que se lo pregunte, doctor Cardoso, dijo, usted me ha dicho esta tarde que había estudiado en Francia, ¿qué estudios cursó?, si no le importa contestarme. Me licencié en medicina y después hice dos especialidades, una de dietética y otra de psicología, respondió el doctor Cardoso. No veo la conexión entre las dos especialidades, sostiene haber dicho Pereira, perdóneme pero no veo la conexión. Quizá haya más conexión de la que usted piensa, dijo el doctor Cardoso, no sé si usted puede imaginarse los nexos que unen nuestro cuerpo con nuestra psicología, pero hay más de los que se imagina, pero me estaba diciendo usted que el relato de Balzac es un relato autobiográfico. Bueno, no quería decir eso, rebatió Pereira, quería decir que yo lo leí en clave autobiográfica, que me he sentido identificado. ¿Con el arrepentimiento?, preguntó el doctor Cardoso. En cierta manera, dijo Pereira, aunque de una manera transversal, mejor dicho, la palabra es limítrofe, digamos que me he sentido identificado de manera limítrofe.

El doctor Cardoso hizo un gesto a la camarera. Esta noche comeremos pescado, dijo el doctor



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