Sin miedo: formas de resistencia a la violencia de hoy by Judith Butler

autor:Judith Butler [Butler, Judith]
La lengua: spa
Format: epub, azw3
Tags: Ensayo, Ciencias sociales
editor: ePubLibre
publicado: 2020-03-31T16:00:00+00:00

CRÍTICA, DISCREPANCIA Y EL FUTURO DE LAS HUMANIDADES[15]

¿Qué significa en este momento de la historia celebrar las humanidades?, ¿y cómo imaginamos el futuro de las humanidades? Considero que estas son las preguntas centrales en una ocasión como esta. Por supuesto, en las humanidades gran parte de nuestros proyectos parten de preguntas, y este es un hecho importante por sí solo. La forma en que formulamos una pregunta nos da una idea anticipada de la respuesta que podemos esperar. De modo que la pregunta «¿Cómo imaginamos el futuro de las humanidades?» trae consigo una serie de preguntas igualmente importantes. ¿Cómo imaginamos el futuro? ¿Podemos siquiera imaginar el futuro?

¿O acaso el futuro se ha convertido en el nombre con que referirnos a lo que ya no podemos imaginar, o tal vez lo que nunca podríamos haber imaginado? ¿Contiene algo inimaginable, por ejemplo, alguno de los posibles futuros de los que cabría hablar? Si esto es así, entonces parece deberse, justamente, a que no es posible predecir el futuro por completo. Tal vez esté en nuestra mano predecir con cierto grado de seguridad lo que nos podría deparar el futuro, pero nunca nos encontraremos con que sea por completo predecible. Este posible error, o esta segura limitación, nos informa de que el futuro es siempre hasta cierto punto impredecible. Y cuando esa impredecibilidad desaparece, no hay futuro. Así que, en unas condiciones de cambio climático y aumento del militarismo, de destrucción de bosques tropicales y de intensificación de la pobreza y la precariedad, de violencia contra inmigrantes, mujeres, trans y travestis, quizá cabría llegar a la conclusión de que no hay futuro, o de que este parece ser una simple reproducción de la violencia y la desigualdad. Pero si decimos eso, estamos renunciando a él, porque equivale a tomar el momento presente, una parte del momento presente, y generalizar a partir de él, permitiendo así que un momento de desesperanza política se reproduzca interminablemente en nombre del futuro.

Me he desviado de mi cometido, aunque puede que este haya sido mi cometido de buen principio. Si nos preguntamos qué futuro alcanzamos a imaginar para las humanidades, nos estamos preguntando qué clase de futuro es posible imaginar, y estamos por tanto presuponiendo que los futuros son imaginables. Una vez nos preguntamos cómo se imagina el futuro, o por qué vías, por medio de qué formas se imagina el futuro, estamos ya en el terreno de las humanidades, su labor básica y su ámbito. Y tal vez la pregunta de cómo imaginamos el futuro de las humanidades pasa a ser una pregunta distinta: ¿cómo pueden imaginar el futuro las humanidades? ¿Dedican esfuerzos a imaginar el futuro, las humanidades, y es así como debería ser? ¿Es una de sus obligaciones sociales fundamentales, de esas que idealmente deberían llevarse a cabo en la universidad? ¿O es una pregunta que llega de la vida exterior a ella, una pregunta que se inscribe en las paredes de la universidad y que acaba por redefinirlas? Porque, al interrogarnos sobre el futuro

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